Los rostros de la migración latinoamericana plasmados en un mural en Nueva York | Molino Informativo

Los rostros de la migración latinoamericana plasmados en un mural en Nueva York

by | Abr 29, 2024 | Colaboraciones especiales

Durante mes y medio, entre julio y agosto de este 2023, el artista visual mexicano Omar Insunza, quien dirige el proyecto Gran OM, estuvo trabajando en la elaboración de un mural de gran formato en el sur del Bronx, condado considerado como uno de los más pobres en todo Estados Unidos. En esta demarcación, ubicada al norte de la ciudad de Nueva York, viven desde hace más de 70 años distintas comunidades latinoamericanas que con el paso del tiempo se han vuelto un crisol de identidades, historias y luchas.

Convocado e invitado por el periódico comunitario El Molino Informativo y por la Red de Pueblos Transnacionales, el artista visual empezó su labor muralística haciendo entrevistas a distintas personas de comunidades migrantes: desde Puebla, Oaxaca, Honduras, hasta Guerrero, pasando por muchas historias de Puerto Rico y República Dominicana. Gracias al apoyo de MASA (Mexican American Students’ Alliance por sus siglas en inglés), de los restaurantes La Morada y Madison, del Consejo de Pueblos Originarios Viviendo en Nueva York y de la Organización Fraternal Negra Hondureña (OFRANEH) dichas entrevistas fueron organizadas y registradas también con la participación del periodista mexicano Ángel Melgoza y de quien escribe ahora.

Fotografía de Heriberto Paredes


El verano en Nueva York estuvo cubierto, en esta ocasión, de un sin fin de colores y esfuerzos que culminaron en uno de los murales más representativos de los que se tenga memoria en este condado. Cabe mencionar que, a pesar de la cantidad de murales que cuentan algún episodio o recuerdan a alguna figura en específico, el mural llamado “MIGRANTES” es único en su representatividad y simbolismo.

Lo que une un mural

“Soy originaria del estado de Guerrero, de la Montaña, mi primer lengua es el tlapaneco, hace 16 años salí de mi pueblo por una pobreza extrema que vivía mi familia, mi madre y mi padre son campesinos, se dedican al café. Me vi obligada a salir de mi pueblo, desde muy niña me tocó trabajar, tuve que buscar mi comida y mis útiles escolares. Fue una decisión difícil venirme para acá (Estados Unidos), tuve que dejar a mi familia en la Montaña, las comidas, todo. Llegando fue otro reto más, conocer otro país, otro idioma, la convivencia, la comida, fue difícil, no conocía la ciudad, sólo mi pueblo”, explica Zenaida Cantú, quien ahora trabaja como intérprete de su lengua para contextos médicos, legales, y de cualquier tipo.

Su historia es la de decenas de miles de guerrerenses que son expulsados del estado por las duras condiciones de vida. Según datos del gobierno estatal, para el 2020 habían migrado poco más de 30 mil guerrerenses y el 94% de ellos lo había hecho hacia Estados Unidos. De ahí que uno de los rostros del Bronx sea guerrerense, porque en las calles de este condado y de toda la ciudad se habla tlapaneco, mixteco y náhuatl, se recupera la identidad del tecuán y en algunas casas se come pozole verde.

Mari José Prudente, también de la Montaña, es hablante de na’savi y estudia derecho de manera virtual en la UNAM, además de ser madre y de trabajar todos los días ha logrado darse el tiempo de ser parte de un grupo de mujeres bordadoras  na’savi desde hace 3 años. Ella fue quien, para no sólo dar su testimonio de vida organizó una sesión especial con todas sus compañeras para que por su voz hablara la voz de las mujeres guerrerenses migrantes. “En este grupo tratamos de rescatar algunas de nuestras costumbres de bordado, pero lo más importante es que aprendemos de nuestros derechos como mujeres y como indígenas, tratamos de valorar lo que significa ser mujer en el extranjero. Cuando llegamos aquí somos invisibles y es muy difícil dejar de serlo, incluso en nuestro país hemos sido invisibles”.

En casi todas las historias que se recopilaron coinciden en algunos rasgos: la incertidumbre del cruce migratorio se extiende hasta la búsqueda de un trabajo que les permita vivir y mandar una ayuda a sus familias y comunidades origen, los constantes episodios de racismo y la expulsión de México tras un origen de pobreza extrema. Guerrero es modelo para establecer patrones de miseria y de violencia, no hay nadie que venga de la entidad que no haya estado en contacto con escenarios de violencia o que no haya padecido hambre y la falta de oportunidades.


Para Gran OM, la realización de un mural como MIGRANTES fue una labor de comunidad y de construcción de un lugar común en donde estas experiencias de vida pudieran incluirse y reflejarse. “Estar aquí, en Nueva York, conviviendo con tantas comunidades migrantes de todos lados, escuchando sus historias, nos fortalece como proyecto y como individuos: una cosa es nuestra percepción, que podemos tener desde nuestra distancia, desde nuestra comunidad, pero la convivencia te enfrenta a una realidad distinta”.

En el caso del Bronx, luego de la pandemia, los casos de violencia aumentaron así como el uso de armas. Desde el gobierno de la ciudad la respuesta fue la presencia de más policía, no con garantizar que esta institución realmente hiciera su trabajo, desde las comunidades que habitan el condado comenzaron a verse algunos esfuerzos por superar los enfrentamientos, uno de ellos es precisamente este mural, el cual ha despertado el espíritu de unidad y de fortaleza. 

Las historias de las mujeres de Guerrero no se perderán sino que perdurarán como ejemplo de su lucha por una vida mejor, así como las mujeres y hombres de otras latitudes que también batallaron para llegar a este lugar. “Con este mural no queremos reflexionar sobre la migración hacia atrás, las comunidades lo tienen muy claro, sino hacia adelante, hacia los nuevos retos que están ya enfrentando, como la gentrificación y el efecto que esto produce, que tengan que volver a desplazarse, vivir el efecto permanente de la migración”, aclaró Insunza.

Un mes y medio de trabajo intensivo

La realización del mural no resultó nada fácil, de hecho fue un reto nuevo al que se enfrentaron las personas convocantes. El muro que se intervino tiene una longitud de 10 metros y una altura de poco más de 4 metros, lo que implicó el concurso de diversas personas para convertir la superficie en un lienzo gigante en el que se plasmaría el boceto creado por Gran OM tras una semana de entrevistas.

Una vez acordado el diseño, comenzó su trazado detalle a detalle utilizando un proyector y durante 3 noches. Mientras se llevaba a cabo este trabajo tan meticuloso, la gente que pasaba por este lugar celebraba la realización del mural, se detenía curiosa a preguntar sobre el mural, sobre cuándo estaría listo y sobre su sentido.

Fotografía de Heriberto Paredes


Casi como un gran cuaderno para dibujar se procedió al uso de pinceles de todos los calibres para dar color y sombras, para definir los detalles. Ahora sí durante el día –tratando de librar las horas en que el sol pegaba directo en el muro–, y durante la noche fueron naciendo los rostros que representan las comunidades migrantes.

Enmarcadas en las consignas, PELEAR SEPARADXS ES PERDER JUNTXS y ¡SI LLEGAR FUE DIFÍCIL, IRNOS SERÁ IMPOSIBLE!, cada segmento del mural se fue revelando como si se tratase de una fotografía en cámara lenta. Participaron personas integrantes de las organizaciones convocantes, artistas voluntarios, habitantes del Bronx, infancias afrodescendientes, paseantes, migrantes de Puebla, Guerrero, Oaxaca, Estado de México, de Honduras, de todos lados posibles.

Hacia fin de julio, las comunidades del Bronx decidieron llevar a cabo una celebración en donde se presentarían los avances del mural, quien quisiera podría participar y se expresarían los motivos para este trabajo artístico. Arrancando con danzas tradicionales mexicas, la fiesta duró varias horas, hubo comida para todas las personas asistentes y por la noche se contó con la participación de DJ Cienfuegos, originaria de México, y quien, fiel a la tradición del lugar musicalizó la fiesta con un set de salsa. 

Una versión de este texto fue publicada originalmente en el periódico mexicano El Sur de Guerrero y puede consultarse aquí.