California enfrenta un déficit presupuestario que pone en peligro las inversiones en la primera infancia, lo que afectaría a los niños más vulnerables al no garantizarles cobertura médica cuando más la necesitan. Según el Departamento de Servicios de Salud de California, casi 284,000 niños han perdido la cobertura Medi-Cal debido a problemas administrativos durante el proceso de renovación de elegibilidad requerido por el gobierno federal para beneficiarios de Medicaid (Departamento de Servicios de Salud de California).
A pesar de que la legislatura aprobó la continuidad de la cobertura de Medicaid para niños de 0 a 5 años hace dos ciclos presupuestarios, aún no ha asignado los fondos necesarios para ello. Esta situación pone en riesgo el acceso a servicios médicos esenciales para miles de niños en California.
En respuesta a esta problemática, Ethnic Media Services convocó a una rueda de prensa el pasado 5 de abril donde expertos abordaron el tema y expresaron sus preocupaciones al respecto.
La asambleísta Tasha Boerner, del Distrito 77 de la Asamblea de California, expresó su preocupación por la crisis presupuestaria multimillonaria que enfrenta el estado. Boerner destacó que varios programas corren el riesgo de ser recortados, incluidos aquellos de los que dependen familias y niños.
Según Boerner, “navegar por esta situación es una responsabilidad enorme que tomo muy en serio”. Se estima que 14 millones de californianos dependen de la cobertura médica, lo cual representa una gran parte de los 40 millones de habitantes del estado. Además, el Departamento de Servicios de Atención Sanitaria de California sugiere que aproximadamente 1.3 millones son niños. A pesar de que muchos californianos califican para recibir servicios médicos, se están cancelando cientos de miles de ellos “a un ritmo alarmante por simples errores administrativos”, señaló la asambleísta.
“A menudo, estas familias califican, sin embargo, se les cancela la inscripción sin tener la culpa y esto puede parecer como avisos de renovación perdidos debido a que la información de contacto no está actualizada, no reciben asistencia lingüística adecuada además de tener dificultades para reunir toda la documentación requerida y solicitudes de renovación oportunas que no están marcadas como recibidas debido a la escasez de personal, y esto es inaceptable”, afirmó.
Joan Alker, directora ejecutiva del Centro para Niños y Familias de Georgetown, destacó que “la mitad de los niños en los Estados Unidos cuentan con cobertura a través de Medicaid y el Programa de Seguro Médico Infantil (CHIP)”.
“El Congreso ha dejado claro que no se puede excluir a nadie que desee mantener su cobertura en Medicaid. Actualmente, 90 millones de personas están cubiertas por el programa Medicaid, lo que representa aproximadamente 1 de cada 5 personas en el país. Tras la finalización de la emergencia de salud pública, los estados enfrentan el desafío de verificar la cobertura de todos, una tarea monumental para la cual muchos carecen de sistemas adecuados para manejarla, especialmente aquellos sin un compromiso político sólido con la protección de las familias”, manifestó Alker.
“Los investigadores del gobierno federal estimaron que tres de cada cuatro niños que perderían su Medicaid durante este tiempo aún serían elegibles”, esto se debe a que los niños tienen mayores ingresos para calificar para Medicaid y CHIP en comparación con los adultos. Por lo tanto, “la pérdida de Medicaid por parte de un gran número de niños es preocupante, ya que muchos de ellos podrían no tener otra fuente de cobertura médica a la que recurrir”, explicó Alker.
Estamos cerca de alcanzar la preocupante cifra de 5 millones de niños sin seguro en todo el país, lo que representa un gran problema. En 2023, ya teníamos 4 millones de niños sin seguro, por lo que incluso si la mitad de estos niños se quedaran desprotegidos, estaríamos ante una crisis nacional.
Según el análisis de cifras, Texas es el estado con la peor situación, ya que tiene 1,3 millones de niños menos en su programa Medicaid. Esto significa que casi uno de cada cuatro niños que pierden cobertura en los Estados Unidos se encuentran en Texas. En segundo lugar se encuentra Florida, con poco menos de medio millón de niños afectados, seguido por Georgia y luego California, expresó.
Mayra E. Álvarez, Presidenta de The Children’s Partnership en California, aboga por la equidad en la salud infantil y el derecho de cada niño a una vida saludable y una familia estable. Según Álvarez, “la interrupción en la cobertura del seguro médico, también conocida como agitación, es perjudicial para la continuidad de la atención médica en la comunidad”.
Álvarez hizo hincapié en que, las familias tienen que renovar anualmente en California desde que comenzó el proceso. Más de un millón de californianos han perdido su cobertura médica, incluidos 284, 000 niños, y esto está afectando desproporcionadamente a los niños de comunidades no blancas.
Expresó que, “más del 50% de los 9 millones de niños en California dependen de la cobertura médica, siendo tres cuartas partes de ellos niños de color y tienen más probabilidades de perder la cobertura debido a desigualdades sistémicas históricas, afectando sus accesos a empleo y vivienda. Sabemos que los obstáculos administrativos y las cancelaciones de inscripción son factores que han llevado a la pérdida de cobertura para al menos 284,000 niños en California”.
“Si Newson no da luz verde a la cobertura continua, los compromisos que nuestro estado ha asumido para cumplir la promesa de un desarrollo temprano saludable para todos los niños son promesas incumplidas”, declaró Álvarez.
Finalmente, el Dr. Ilan Shapiro, corresponsal jefe de salud y director de Asuntos Médicos, AltaMed, forma parte de una red de clínicas comunitarias que atienden alrededor de 500 000 pacientes, de los cuales, 120, 000 de ellos son niños.
Shapiro subrayó la importancia de contar con una cobertura médica continua para evitar problemas crónicos en los pacientes que atienden, la falta de cobertura puede llevar a situaciones como la pérdida de escuela y otras oportunidades, afectando no solo al individuo enfermo, sino también a su familia y comunidad. “De esa manera, nosotros podemos darle a ese niño la ventaja de toda su vida”, sostuvo.
“Si nosotros atendemos eso en esa parte crucial de esos niños, vamos a tener una comunidad sana, una comunidad mucho más hábil de poder crecer y darle esas herramientas tan importantes que nuestros niños necesitan para continuar creciendo y ser saludables”.