Protestas y contrastes: marzo, mes de la mujer en la Gran Manzana | Molino Informativo

Protestas y contrastes: marzo, mes de la mujer en la Gran Manzana

by | Abr 4, 2024 | Comunidades

El 8 de marzo tomé la línea N del metro hacia Times Square. En el trayecto veía mis redes sociales inundadas de marchas en Latinoamérica y en todo el mundo. Me resultaba preocupante, que en Nueva York no hubiera surgido alguna protesta similar, con ríos de indignación exigiendo justicia para las mujeres.

La última protesta masiva con enfoque en derechos de la mujer fue en el 2022 cuando la suprema corte anunció que iban a eliminar la ley Roe vs Wade, lo cual iba afectar el derecho al aborto en este país. Inclusive esa multitud no se comparó con la marcha del Día Internacional de la Mujer en el 2018, de más de 200,000 personas que marcharon en contra de la administración de Donald Trump. 

En ciudades y pueblos de Latinoamérica las calles eran de ellas. 

¿Por qué en Nueva York, en donde tal vez vivan las amigas, abuelas, madres, hijas, tías, hermanas o primas de las que se quedaron del otro lado del charco, no salen a las calles?

En la estación 59 y Lexington entró al vagón una señora cargando a un bebé con su brazo izquierdo y tratando de vender dulces con la derecha. Casi nadie alzaba la mirada. Enfrente mío, estaba una señora sentada, con el cabello güero alaciado, tacones azules, saco de piel, unas largas, y lentes oscuros, que también, la ignoraba.

Se le cayeron los dulces a la del bebé y la de los tacones se paró de inmediato y se cambió de asiento para darle espacio y que recogiera sus dulces.

Mantel del Fondo de Mujeres Indocumentadas el 9 de marzo, Washington Square Park. Fotografía de Mariana Navarrete


Existen distintos universos de mujeres cohabitando la ciudad. Las ejecutivas del mundo corporativo, las trabajadoras domésticas que limpian sus departamentos. Las que duermen en la Estación Central para no tener frío y las artistas en Broadway que se ponen a bailar y cantar al lado. Las académicas que van a los happy hours al lado de las universidades y las meseras que las atienden.

Puede que nunca lleguen a interactuar entre sí. Cuando se da la oportunidad, como ese 8 de marzo con la señora de tacones azules, terminan siendo invisibles.

Más tarde, ese mismo viernes, Gloria Tadii Ángeles, reportera y fotógrafa del Molino Informativo y fundadora de Radio Rebeldía, me avisó de una protesta programada para el día siguiente, 9 de marzo, organizada por el colectivo Fondo de Mujeres Indocumentadas, del que también es parte. 

El viernes no podía ser porque la mayoría estaban trabajando y tomarse el día es un lujo en esta ciudad.

El sábado 9 de marzo, la lluvia y el frío no detuvieron a unas cuantas mujeres y familias de juntarse en Washington Square Park para cantar con Estrella Norteña, Sonia Castrejón, la China Sonidera, y el mariachi Nuevo Amanecer.

La Estrella Norteña, Sonia Castrejón, cantando en la protesta del 9 de marzo en Washington Square Park. Fotografía de Mariana Navarrete


Entre cumbias, rancheras y baladas, estas mujeres animaron el día gris con los pañuelos verdes y morados que se andaban repartiendo.

Se enfocaron en fomentar un ‘feminismo de cuidados’, exponiendo las injusticias de los recortes presupuestales del gobierno local en sistemas de salud, educación, y vivienda que afectan más a las mujeres de color y a las migrantes habitantes de Nueva York.

Los cuidados son actividades que se realizan para el mantenimiento de la vida y la salud, históricamente invisibilizados por el feminismo blanco privilegiado. 

En el evento también buscaron visibilizar las raíces anticapitalistas del Día Internacional de la Mujer y promovieron horizontes transincluyentes. Todo con una mirada hacia el Sur Global.

“Es importante recordar que no sería necesario celebrar un día internacional de la mujer si nuestros derechos y nuestras autonomias fueran respetadas”, dijo por el micrófono Kendry Hilton, trabajadora social del Colectivo Transgrediendo.

Transgrediendo repartió condones y exámenes Prep de VIH en su mesa. También invitaban a las asistentes a involucrarse en el activismo colectivo para el acceso a vivienda, trabajo y salud digna para esta comunidad.

Pan dulce y rosas en la mesa del Programa de Intervención en Violencia. Fotografía de Mariana Naverrete


Violencia doméstica y recortes presupuestales

Estudios a nivel nacional han encontrado que las personas transgénero en Nueva York, enfrentan tasas más altas de desempleo, acoso, violaciones y discriminación en el lugar de trabajo y vivienda.

Aparte de recursos para la salud reproductiva, había pan dulce y rosas del Programa de Intervención en Violencia. El pan y las rosas simbolizaban el lema de la revolución ‘bread and roses’, que surgió durante la huelga de trabajadoras textiles en Lawrence, Massachusetts, en 1912, simbolizando la necesidad de un salario digno y condiciones de vida decentes junto con el disfrute de los placeres y bellezas de la vida.

Esta organización responde a la violencia doméstica que ocurre en los hogares de Nueva York. Más de un millón de mujeres han sido víctimas de violencia sexual por su pareja, según el mas reciente reporte. También 61% de las víctimas de homicidio de pareja íntima fueron reportadas como negras o hispanas. 

Los niños de las mujeres ahí presentes fueron bienvenidos para hacer pulseras y pintar el piso en verde, rosa o morado. Así, podían mantenerse jugando, y sus mamás protestando. 

Del lado opuesto del escenario arreglaron un altar para la difunta actriz y activista argentina trans Cecilia Gentili. Las asistentes prendieron velas y adornaron con flores su foto.

“Estamos luchando por un presupuesto (del gobierno local)  que invierta en las personas, en nuestras comunidades, que esté luchando e invirtiendo en sistemas de cuidados, no en las cárceles, no en la policía”, dijo Alexa Avilés, candidata al distrito 38 de Nueva York. 

“Cuando decimos seguridad nos referimos a invertir en sistemas de salud, nos referimos al acceso universal de cuidados de niños, independientemente de su estatus migratorio”.

Todos estos recursos que ofrecieron en las mesas no eran por casualidad. 


A pesar de que esta ciudad se autodenominaba ‘santuario’, las mujeres de los sectores más vulnerables continúan enfrentando dificultades, y estas organizaciones están atendiendo las necesidades urgentes de diversos grupos de mujeres. Son las mismas necesidades que el gobierno ha recortado en programas destinados a abordarlas, como parte su ‘solución’ a la crisis migratoria en la ciudad, reportó Documented.

El sector de servicios sociales de la ciudad ha enfrentado, por lo menos, $860 millones de reducciones en su presupuesto. Estos recortes impactaron a seis de las ocho agencias monitoreadas, afectando servicios críticos proporcionados a poblaciones vulnerables, entre ellas, las mujeres migrantes, mujeres de color, y las mujeres transgénero.

Y estos recortes apenas comienzan.

Mientras que en Times Square, las pantallas deslumbrantes presentaban anuncios con eslogans vacíos de “Feliz Día de la Mujer”, en Washington Square Park recordaba cada organización por el micrófono que, en efecto, no hay nada que celebrar.