La comunidad mazateca de Eloxochitlán de Flores Magón está ubicada en el norte del estado de Oaxaca, cuenta con un 90% de la población hablante de la lengua originaria, y a lo largo de los siglos se han dedicado a la siembra de maíz y de café, pero también se han enfrentado la opresión del caciquismo.
En entrevista con el Molino Informativo, la abogada Argelia Betanzos, originaria de Eloxochitlán, hija de maestrxs, hija del ex preso político Jaime Betanzos, contó que no imaginó de niña estar en estas circunstancias. Ahora se encuentra prácticamente a la cabeza de la lucha por la libertad de otras personas de su comunidad que se encuentran privadas de su libertad, ya que no es solamente la defensora legal sino también una de las voces más importantes de su comunidad. Compartió algunos de los aspectos que han llevado a este conflicto que ahora viven.
Betanzos destacó que desde los años 90 hubo una persecución clara –con el apoyo del Estado–, contra activistas, maestros y campesinos que participaban en ejercicios políticos distintos a los partidistas. Para 2010 la usurpación de poder y los abusos continuaban: durante los tres años de gobierno del cacique Manuel Zepeda en Eloxochitlán, se amedrentó a quienes mostraban apoyo a la Asamblea Comunitaria, la cual, buscaba una alternativa a las formas de gobierno partidarias. Fue claro que todas las instituciones estatales mostraron protección hacia el alcalde y ninguno de sus actos represivos fue atendido.
La abogada mazateca recalcó que “desde los años 70 hasta ahora ha habido un cambio significativo en la participación política de las comunidades rurales, donde las asambleas comunitarias han ganado fuerza y representatividad”.
Estos cambios son producto de la organización, resistencia y reflexión política de los habitantes del pueblo. Y dijo que, “aunque valoran sus prácticas ancestrales y la participación comunitaria sin divisiones políticas o religiosas, se han enfrentado a obstáculos cuando han intentado implementar estos principios en el ámbito público”.
La comunidad se gobernó sin partidos durante una década: “para nosotras no existe priísmo, morenismo o petismo, para nosotras todos son lo mismo, pues hemos recibido lo mismo de todos esos colores”, señaló la abogada.
Betanzos agregó que desde el 2014, los miembros de esta comunidad indígena se han convertido en víctimas de una nueva forma de persecución: la fabricación de delitos, señalando como responsable intelectual a Elisa Zepeda –hija de Manuel Zepeda y su sucesora en la presidencia municipal–, quien actualmente ocupa el cargo de titular de la Secretaría de la Mujer del estado de Oaxaca. De acuerdo con los miembros de la Asamblea Comunitaria, Zepeda pertenece a este grupo caciquil que ha llevado una campaña de criminalización de 40 familias mazatecas, mismas que se encuentran, luchando por su derecho a la libre determinación y defensa, tanto del río como de sus recursos naturales.
Es importante destacar que las acusaciones falsas han generado un clima de hostigamiento y violencia hacia la comunidad mazateca. Además, dichos actos constituyen una clara violación a los derechos humanos y atentan contra la autonomía y dignidad de esta comunidad indígena.
En respuesta a esta situación, las mujeres mazatecas se han organizado para defenderse. Este año, celebraron nuevamente mediante una plenaria realizada los días 18, 19 y 20 de noviembre lo que han llamado, “Faena Internacionalista para el Retorno”, una iniciativa que busca poner fin al hostigamiento, persecución e incluso encarcelamiento y desplazamiento injusto.
Sin embargo, el 21 de noviembre, después de que estas actividades terminaran, tres indígenas mazatecos –Jaime Vidauria Romero, Artemio Vidauria Romero y Ranulfo Vidauria Estrada– fueron detenidos arbitrariamente y llevados a Taniveth, Tlacolula, ubicado aproximadamente a ocho horas de su comunidad. Una vez allí, fueron golpeados y azotados contra la pared. Ante estos hechos, se solicitó urgentemente aplicar el Protocolo de Estambul para garantizar su integridad física y mental.
Estos acontecimientos fueron informados durante un mítin el 25 de noviembre, en Huautla de Jiménez, en el marco de la visita del presidente Andrés Manuel López Obrador, el gobernador Salomón Jara y los presidentes municipales de la región mazateca y cuicateca.
De igual manera, Betanzos manifestó –al preguntarle sobre si han solicitado, los mecanismos de protección, para resguardar su seguridad, tanto a ella como a sus demás compañeras– tajantemente que no confían en ninguna institución para su protección o para su defensa.
El apoyo por parte de distintas organizaciones nacionales, internacionales, sociales y comunitarias, así como de medios de comunicación alternativos, quienes a través de plantones, marchas y difusión, tanto en CDMX, Puebla y Oaxaca, fueron clave para que este martes 28 de noviembre se lograra que Ranulfo Viaduria Estrada y los hermanos Jaime y Artemio Vidauria fueran puestos en libertad.
Con la liberación de los indígenas mazatecos, también se exigieron, medidas cautelares para ellos y sus familias, una mesa de trabajo con la presidencia de la República para la atención a las violaciones sistemáticas a los derechos humanos de la comunidad de Eloxochitlán, también se pidió al Fiscal General de Oaxaca, José Bernardo Rodríguez Alamilla, un informe urgente sobre los elementos policiales y/o civiles que incursionaron a la comunidad, y de la investigación imparcial contra quienes han generado estas violencias, la reparación integral de daños derivados de la detención ilegal y arbitraria, por tratos crueles e inhumanos así como la desaparición forzada.
Finalmente el 30 de noviembre volvieron a su comunidad y desde ahí compartieron sus primeras palabras a través de un video en vivo, tanto en mazateco como en castellano, acompañados de sus esposas, familias y personas de la comunidad.
Artemio Vidauria, fue el primero, narró de manera breve su detención: “justo íbamos a comer, apenas habíamos agarrado una tortilla, cuando llegaron gentes civiles armados, a punta de cañonazos entraron a la cocina comunitaria, en donde había mujeres y personas de la tercera edad, entonces nos sacaron a la fuerza sin ninguna orden judicial”.
El testimonio fue seguido de su hermano Jaime, quien con la voz entrecortada contó que “en el trayecto a Cuicatlán (el distrito próximo camino a Oaxaca) encontramos una esperanza, pues no sabíamos a dónde nos llevaba esta gente, ellos decían que tenían derecho de disparar, y de pronto vimos a 3 animales y aquí en la sierra, en nuestro pueblo estos animales, decían nuestros abuelos que, si ves que un animal atraviesa y se va para la derecha y se sube, significan buenas noticias y ahí vimos la esperanza de la libertad”. Por último Ranulfo agradeció por la solidaridad para que fueran puestos en libertad.
La resistencia floreció en tierras oaxaqueñas con la liberación de los indígenas mazatecos, Artemio expresó que, seguirán resistiendo y exigiendo la liberación de sus demás compañeros que aún se encuentran presos, pues afirmó, “ningún inocente debe seguir más en la cárcel, ya basta de mentiras y fabricación de delitos”, concluyó.