Día de Muertos: entre la celebración y la explotación cultural | Molino Informativo

Día de Muertos: entre la celebración y la explotación cultural

by | Nov 8, 2023 | Comunidades

En colaboración con Mariana Navarrete. Fotografías de Gloria Tadii Ángeles y Mariana Navarrete

Hace unos días se celebró en México, Día de los Muertos. Las festividades para honrar a los difuntos comienzan a finales de octubre y culminan el 02 de noviembre con la visita a los panteones. Las personas que hemos migrado, llevamos con nosotros esta tradición para recordar a nuestros seres queridos fallecidos, a quienes no podemos abrazar debido a nuestra condición migratoria.

En Nueva York y el vecino estado de Nueva Jersey, se llevaron a cabo celebraciones similares que comenzaron temprano y se extendieron durante una semana. Pudimos observar muchas ofrendas, algunas muy llamativas y otras más comerciales. Por ejemplo, en el Rockefeller Center se montó una exhibición con botellas de tequila de una marca específica. En Times Square había enormes figuras de calaveras, incluyendo la imagen de un charro rodeado de flores cempasúchil. También construyeron enormes altares con nombres de restaurantes mexicanos. Aunque las representaciones eran monumentales, perdían el sentido original de la celebración. Se adopta la tradición para fines comerciales y políticos, lo cual no es más que explotación cultural.

Por otro lado, las personas migrantes de pueblos originarios realizaron sus propias celebraciones en el sur del Bronx. El sábado 28 de octubre, La Casa de Los Pueblos fue un lugar de encuentro, festejo y memoria, para las diversas comunidades que habitan la zona. No faltaron las flores de cempasúchil, el pan de muerto y un par de cumbias con rancheras.

Alrededor de las 7:00 p.m., la calle 146 del Bronx reunió a múltiples familias para la celebración de Día de Muertos organizada por la Red de Pueblos Transnacionales en conjunto con diversos colectivos. Mientras unos se preparaban para salir al desfile con las calaveras tamaño humano, otros apreciaban el altar dentro de La Casa. Los asistentes estaban vestidos con textiles de algunos pueblos originarios, principalmente de Puebla, Guerrero y Oaxaca. También, había personas vestidas como catrinas, con flores en sus peinados, vestidos largos y caras pintadas.

Una vez dentro, la organización sin fines de lucro Cetiliztli Nauhcampa, inició la ceremonia mexica del altar con danza y copal. Los asistentes se acomodaron alrededor de los bailes, sentados junto a cubetas llenas de cempasúchil. Al terminar la ceremonia, todos salieron al desfile liderado por un sonidero con DJ que transportaba otro altar repleto de velas, calaveritas pequeñas, papel picado de colores y fotos de personajes como Cantinflas y Vicente Fernández. Otros carros lo seguían con música, flores coloridas y banderas mexicanas.

Durante el desfile de 2 millas por las calles del condado de la salsa, el vocero arriba del sonidero anunciaba a la gente: “¡Un pedacito de México aquí hermanos! ¡Buenas noches! ¿Cómo están? ¡Un saludito!”. Había niños, abuelas, abuelos, adultos y bebés, cuyos ojos se iluminaban al ver el desfile de la comunidad mexicana. Otros carros que pasaban por el lugar, tocaban el claxon o se estacionaban para unirse al festejo. Al terminar el desfile y regresar a La Casa de los Pueblos, se repartió comida y siguió la música. Aunque nuestros seres queridos no estén presentes en tiempo, lugar o espacio, el desfile fue una celebración íntima que abrazó su recuerdo.

El domingo 29 de octubre nos trasladamos hasta Lakewood, en el sur de Nueva Jersey. Esta comunidad alberga un número importante de oaxaqueños y poblanos. Allí, el Movimiento Cosecha que lucha por la protección permanente de las personas indocumentadas, convocó a la comunidad para montar un altar colectivo. Las mujeres, no sólo de México, sino también de El Salvador y Honduras, fueron las encargadas de realizarlo. Algunas trajeron pan, otras flores y tamales, mientras varias de ellas cargaban a sus hijos en la espalda y corrían de un lado a otro, en la Plaza del Reloj para asegurarse de que todo estuviera listo a tiempo.

Carlos Castañeda, miembro del Movimiento Cosecha, dio la bienvenida diciendo que es importante no olvidar nuestra cultura y nuestras tradiciones. “Aunque estamos en un país que no nos vio nacer, estas tierras son tan nuestras como las de cualquier persona”. Hizo referencia al lema de Emiliano Zapata: “La tierra es de quien la trabaja” y señaló que, “aunque llegamos solos, ya hemos echado raíces en estas tierras”. Haidy Torres, también del mismo colectivo, pidió que se honrara y recordara todas las vidas perdidas durante el conflicto entre Israel y Palestina. Fue un evento muy bonito. Sin importar el frío, muchas personas de las ciudades cercanas llegaron para acompañar la celebración; hubo bailes provenientes de Perú y México.

En el Molino Informativo hablamos con las Santiagueras de Freehold, una comunidad vecina que realizó bailes típicos de la sierra de Perú. Nos contaron que el nombre “santiaguera” viene de un ritual de danza que realizan para asegurar animales sanos y, en general tienen danzas para cada temporada, como una forma de tener buena cosecha.

Por último, se presentó un grupo de bailarines (todos hombres) con sombreros de charro, máscaras y unos pantalones que los hacían ver muy gordos. Nos acercamos a preguntarles y nos comentaron que utilizan hasta cinco pantalones, ya que al bailar, tiran “fuetazos” y eso ayuda a protegerse contra los golpes. Este baile se realiza únicamente en Día de Muertos para honrar la memoria de aquellos que ya han fallecido en su pueblo natal, San Bernardino Chalchiguapan, Puebla. Con estas danzas cerró aquello que llamaron: una celebración comunitaria.