Hablar de Passaic es hablar de uno de los mayores asentamientos de mexicanos en el área triestatal de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut, donde se establecieron los primeros mexicanos y pusieron la primera piedra de lo que hoy conocemos como uno de los eventos culturales más importantes para la comunidad.
Passaic fue una ciudad industrial, desde hace más de tres décadas, sus calles se han pintado de negocios mexicanos y es conocida como “la pequeña Puebla”, ya que la gran mayoría son migrantes originarios de ese estado mexicano. Caminar por sus calles es como caminar en una calle de México, es como sentirse en casa, se ha convertido también en el mayor centro de distribución de productos mexicanos de la costa este.
El Molino Informativo entrevistó, vía telefónica, a la señora Tamara Morales, hija de doña Martha y don Herminio García, quienes dejaron un legado muy importante para los mexicanos. Su padre fue uno de los pioneros en organizar a la comunidad mexicana en Passaic, en donde hay muchos nombres en la lista de aquellos que lideraron a la comunidad y de los que ahora ya no se habla. Ella mantiene viva la historia de su padre quien murió de COVID durante los primeros meses de la pandemia y su madre de cáncer en enero de 2021.
Don Herminio, como todos lo llamaban, era originario de Piaxtla, Puebla, campesino que estudió hasta el tercer año de primaria, pero que la necesidad lo obligó a migrar muy joven para trabajar de manera temporal a los campos de California, específicamente a la pizca de frutas a finales de la década de los años 50.
Aunque la paga era poca, siguió viajando durante algún tiempo, con la promesa de que en algún momento le darían una residencia permanente en Estados Unidos, sin embargo esto no sucedió, por lo que se aventuró a cruzar la frontera nuevamente hasta llegar a Nueva York donde le dijeron que había más oportunidades económicas.
No lo dudó y llegó al Bronx empleándose en todo lo que encontraba, como lavaplatos y en una fábrica de zapatos donde conoció a doña Martha, nacida en Nicaragua aunque de padres jaliscienses. Se casaron, con el paso del tiempo juntos estaban listos para poder tener su primera casa pero en Nueva York no fue posible debido a la discriminación que había en aquel entonces. Decidieron mudarse a Passaic, N.J. donde sembraron la semilla de su futuro, su idea de negocios los hizo mantenerse firmes para seguir creciendo, así que fueron de los impulsores de la primera tortillera en Yonkers, “La Poblanita” .
Mientras todo esto se iba dando por los años 70, algunos mexicanos se juntaban a jugar basquetbol y a veces les quitaban los espacios pues no estaban organizados, por lo que don Herminio, junto con su paisano Jaime Lucero, piaxtleco también y establecido en la vecina Nueva York, decidieron cada quien desde su trinchera, organizar a la comunidad que para ese momento ya había crecido de manera considerable.
Evelio Cuéllar quien era uno de los comerciantes más prominentes en ese momento, fue uno de los que dio un empujón más a García, ya que se tenía algo en común: que todos eran mexicanos y mientras todos estos pueblos hacían arreglos a sus carreteras e iglesias, de esta lado aún faltaba algo más, necesitaban un líder que los unificara.
Es así como don Herminio se volvió el encargado, siempre estaba dispuesto, para él no había competencia, en cualquier reto era el primero en decir, ‘aquí estoy’, y así nació ese liderazgo que se extendió no solo en Passaic sino en los pueblos vecinos, inclusive hasta el sur del estado.
En 1978 se fue abriendo el camino para la creación de la organización, OMAU (Organización de Mexicanos Americanos Unidos en N.J.), representante de la comunidad mexicana en todo el estado, fue de las primeras organizaciones en donar fondos para que se pudieran llevar a cabo festividades como las posadas, el día de la virgen de Guadalupe, día de muertos, entre otras.
Lo más destacado de OMAU, sin duda, es el desfile de Passaic, que se ha celebrado desde hace 30 años.
Por su parte Tamara Morales recuerda que siendo una niña en Passaic se podía caminar a todos lados, ir la escuela o a las fábricas para trabajar, lo único que no había era donde comprar comida mexicana, así que viajaban hasta la calle 14 en Nueva York, donde había un supermercado llamado “La Casa Moneo”, donde esporádicamente traían tortillas, chiles jalapeños y quesos frescos de Chicago.
Los sábados que tocaban las puertas de los edificios para anunciar y la gente hiciera sus pedidos, así que se organizaban e iba una persona para surtirse de estos productos, fue entonces cuando encontraron el camino del comercio, ella recuerda que los primeros negocios en atender y desarrollar fueron “La Poblanita Restaurant” y Gromex, una de las bodegas más grandes que existe.
A los 10 años de edad, la necesidad la obligó a ser intérprete de inglés de su comunidad, y como ella había varios niños, aunque recuerda que ella era la única mujer. Estaban en la misma situación, su madre doña Martha, tenía una agencia de viajes que se convirtió en algo así como un centro de información, ya que las personas acudían para buscar ayuda en interpretación. Morales recuerda que ella se rehusaba a trabajar pues era una niña, sin embargo fue educada a que había que obedecer a los padres, y los niños jugaban un papel muy importante ya que eran los encargados de ir a las reuniones con la alcaldía para interpretar.
Fue así como ella se fue involucrando en la comunidad y caminó al lado de su padre hasta el último día. Támara fue la única que se interesó en formar parte de este liderazgo, y hoy ha tomado el lugar de su padre, honrando su memoria ha reestructurado la organización, “pues es algo que no puede perderse ya que costó mucho trabajo sembrar esa semilla”.
Después de dos años de pandemia, y siendo el desfile más grande después del de Nueva York, el desfile en Passaic volverá a vestir de verde, blanco y rojo las principales calles, comenzando con el izamiento de la bandera mexicana a las 10 de la mañana del domingo 25 de septiembre a un costado de la municipalidad de esa ciudad. Posteriormente arrancará el desfile, que recorrerá la Main Avenue y Monroe Street, hasta llegar al parque Pulaski, donde culminará con un festival.
Morales aseguró: “yo nunca voy a reemplazar a mi padre, pero sí seguiré trabajando para conservar su legado y que la comunidad pueda disfrutar de ello, sin olvidar que en algún momento no fue así, que hubo muchos que trabajaron duro para que esto sucediera”.