Por Gustavo Espinoza
El pasado viernes 8 de octubre, el cruce de la calle 125 y 1ra avenida fue el punto de encuentro de los repartidores de comida para exigir a las autoridades seguridad en las calles, un fondo económico, y leyes que les ampare ante el riesgoso trabajo de recorrer las calles, día a día, entregando comida a los residentes de la ciudad de New York.
Cabe resaltar que los trabajadores repartidores de comida, se constituyeron en un pilar esencial para mantener a los residentes, especialmente de Manhattan, ante la inclemencia de la pandemia Covid -19 que diezmó miles de vidas en su gran mayoría trabajadores migrantes.
Sin embargo, no fueron parte de la ayuda económica del gobierno federal, ni de la ciudad por ser, en su mayoría, indocumentados.
Frente a ello, han tenido que recurrir a marchas, concentraciones, vigilias plantones para exigir a las autoridades protección y justicias ante, los robos, asaltos y algunos fallecimientos por atropello, que hasta ahora, en su gran mayoría, no han dado con los responsables.
Su primera defensa fue auto organizarse a través de varias organizaciones como el Diario de los DeliveryBoys en la Gran Manzana, Chapín en Dos Ruedas, DeliveryBoys en Acción NY. No obstante, conscientes de que no es suficiente, esta noche anunciaron la conformación del Movimiento de Repartidores de Comida en la Ciudad de New York.
En este proceso de lucha, poco a poco se han ido sumando adhesiones de algunas organizaciones comunitarias: Mixteca, Consejo de Pueblos Originarios, Red de Pueblos Transnacionales, Colectivo de Mujeres en Movimiento Corona Queens, quienes también llevaron café de olla con tamales, entre otras.
El anuncio y exigencia de justicia, se llevó a cabo en en medio de una convivencia donde compartieron tamales con café de olla, aguas y más alimentos propios de sus pueblos originarios, el ritmo y la alegría lo pusieron la banda de músicos “Alteza” conformada por los propios trabajadores, mientras retumbaban con sus sonidos y se compartían los alimentos, todos los trabajadores salieron en caravana a recorrer el puente Willis, dejando en escena su presencia ante la sociedad, al mismo tiempo se proyectaba en una parte de la pared del puente, diapositivas con frases referente a sus derechos, organizada por la activista mexicana Sol Arismendi.
A su regreso del recorrido, recibieron la bendición del padre Fabián Arias y entregaban un casco de protección a quienes no tenían.
Muchos de ellos, también llenaron los formularios para la aplicación del fondo económico aprobada por la ciudad para los trabajadores esenciales.
En la espera de que sus propuestas sean escuchadas por parte de las autoridades de la ciudad que de alguna forma han reaccionado a sus demandas. Seguirán luchando por su sobrevivencia económica en las calles de New York, armados únicamente de su bicicleta, un chaleco reflector, un casco, una maleta con el sello de la empresa para la que trabajan, unas cadenas, candados, y vacíos de derechos.
