Por Heriberto Paredes y Mariana Navarrete
Han pasado las elecciones presidenciales en México, en las cuales también se han elegido las gubernaturas de Puebla, Guanajuato, Jalisco, Yucatán, Veracruz, Tabasco, Chiapas y la Ciudad de México, así como la renovación del Congreso de la Unión a nivel federal y de los congresos locales en todo el país y las presidencias municipales.
Según los resultados Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), el partido MORENA ganó la mayoría de todos estos cargos en los tres niveles de gobierno y de ser confirmado esto, se reafirmaría como la máxima fuerza política en el espectro partidista, por lo que su responsabilidad es aún mayor.
Por ello es importante recordar que el pasado 5 de mayo, como parte de un proceso de difusión de su agenda binacional, el Movimiento de los Pueblos por la Paz y la Justicia (MPPJ) se manifestó en distintos puntos de México y Estados Unidos. Conjuntaron a diferentes sectores de la población y a otros movimientos sociales para presentar demandas y exigencias tanto al nuevo gobierno mexicano como al estadounidense que se renueva este 2024.
Está clara la victoria de la candidata Claudia Sheinbaum como presidenta de México y es fundamental regresar a esta agenda binacional que va más allá de partidos y figuras políticas sino que pone en el centro lo que muchos pueblos y organizaciones han discutido a lo largo de dos años de reuniones.
En palabras del propio MPPJ, el movimiento “busca un cambio de paradigma, uno que apuesta por una democracia que toma como centro a las comunidades, el diálogo y la ampliación de los derechos humanos como solución a los problemas estructurales para que todas las personas seamos tratadas por igual. Buscamos un cambio cultural que desmonte los supremacismos”.
La agenda binacional busca que:
- haya paz, donde estemos con la tranquilidad de que nuestras familias y comunidades pueden vivir sin miedo
- las personas que han sido víctimas de las múltiples violencias que nos afectan tengan justicia, sepan qué pasó con sus seres queridos
- todas las personas seamos tratadas igual, sin importar nuestro color de piel, género, preferencia sexual, nacionalidad o condición migratoria
- nuestra salud y la del medio ambiente sea respetada, donde se proteja la vida de nuestros niñas, niños y niñes y de la naturaleza.
Con estas exigencias el MPPJ salió a las calles en la Ciudad de México y logró reunir más de 300 personas en una movilización en la que destacó la presencia de una comisión de madres y padres de los estudiantes de Ayotzinapa, quienes recordaron, en voz de Cristina Bautista, que “el Estado sabía de la desaparición de nuestros hijos desde el primer momento, así que ahora exigimos la verdad de lo que les pasó”.
Por su parte, María Herrera, madre buscadora de cuatro hijos desaparecidos, afirmó que para el nuevo gobierno mexicano “no seremos una piedrita en el zapato, seremos una gran roca en su día a día. Seguiremos exigiendo a quien ocupe la silla presidencial que nos regrese a nuestros hijos desaparecidos”.
“Existe una complicidad de las autoridades en el maltrato, desaparición y asesinato de personas migrantes” señaló Gabriela Hernández de Casa Tochán, mientras que una comisión del Sindicato Mexicano de Electricistas (SME) dio todo su respaldo solidario al MPPJ. Finalmente Kathleen Murray, integrante de Co-Redes Negras por La Paz y la Justicia, señaló lo urgente del uso de armas largas en los territorios donde viven las comunidades afrodescendientes en ambos lados de la frontera: “¿con qué objetivo se prioriza defender las armas por encima de la vida?”.
También hubo movilizaciones y acciones públicas en otras 10 ciudades, pueblos y comunidades de Guerrero, Tlaxcala, Querétaro, Sonora y Chiapas, y del lado estadounidense en California, Nueva York y Florida.
En la gran manzana se alza el grito: “Ignorades nunca más”
Casi de manera simultánea a las movilizaciones en México, en Nueva York, distintos grupos se congregaron en manifestación en esta Jornada Binacional por la Paz y la Justicia. A pesar del día nublado y lluvioso, unas cincuenta personas se reunieron bajo sus paraguas, sosteniendo pancartas que clamaban por un cambio en la región.
Las personas voceras alzaron sus voces en las calles, exigiendo paz y justicia sin importar quiénes sean los presidentes de México y Estados Unidos. Destacaron la necesidad de priorizar los derechos humanos y rechazar soluciones que impliquen mayor militarización en las fronteras y regiones violentas.
Desde el centro del imperio, la manifestación hizo hincapié en la urgencia de detener el comercio de armas en Estados Unidos y en poner fin a la agenda de odio promovida por figuras como Trump. Los participantes también denunciaron los intentos de grupos de odio, tanto internacionales como mexicanos, que buscan promover agendas anti-derechos. Rechazaron las políticas que priorizan la criminalización para resolver la violencia y se opusieron a cualquier candidatura que promueva la encarcelación en comunidades marginadas.
Con consignas como “¡Los pueblos unidos, jamás serán vencidos!”, los manifestantes expresaron su deseo de un acuerdo binacional basado en los derechos humanos, abogando por un futuro donde la dignidad y la esperanza prevalezcan. Su mensaje fue claro: es imprescindible que las políticas públicas se enfoquen en las personas y no en las armas, y que las instituciones funcionen para proteger a las comunidades más vulnerables.
