Paro Nacional en Guatemala o de cómo se defiende la voluntad popular | Molino Informativo

Paro Nacional en Guatemala o de cómo se defiende la voluntad popular

by | Oct 16, 2023 | Colaboraciones especiales

Fotografías de Anais Taracena

El reciente proceso electoral en Guatemala desencadenó una de las crisis políticas más relevantes en el país centroamericano de la que surgió lo que se ha llamado una revuelta pacífica y popular.

La primera vuelta para elegir presidente y otros cargos de gobierno se llevó a cabo el 26 de junio de 2023, además de ser el punto de arranque en la disputa por el poder político, esta ronda confirmó la prohibición de ciertos candidates que pretendían presentarse a las elecciones, tanto del espectro de izquierda como el de derecha.

De esta censura política fue víctima la fórmula de Thelma Aldana y Jordan Rodás, una de las fórmulas más populares para ganar la elección, según algunos analistas del proceso electoral guatemalteco. Elles fueron impedidos de participar en la contienda con el Movimiento para la Liberación de los Pueblos (MLP), desde este momento ya hubo un enrarecimiento en el desarrollo de la elección presidencial.

El gobierno encabezado por Alejandro Giammattei no ocultó la tendencia de manipular los resultados de las elecciones a un rumbo específico. En los sondeos de las fórmulas presidenciales que sí lograron competir figuraba como favorita la hija de uno de los militares más sanguinarios de los que se hayan tenido noticia en Guatemala y en América Latina, Efraín Ríos Montt. Suri Ríos, aparentemente, encabezaba las encuestas.

Fotografía de Anais Taracena


Sin embargo, a la segunda vuelta (el 20 de agosto de 2023) llegó el candidato del Movimiento Semilla, Bernardo Arévalo y Sandra Torres de Unidad Nacional de la Esperanza. En este contexto es que el Tribunal Supremo Electoral comienza a retrasar la oficialización de las personas candidatas que participarían en esta contienda, tal vez un segundo síntoma de lo que vendría después.

A pesar de que el voto mayoritario que apoyó a Arévalo y le dio la victoria, provino de las zonas urbanas y en todos los departamentos guatemaltecos, este candidato también contó con el apoyo de los 48 cantones y de otros votos campesinos e indígenas por lo que con casi el 59% de los votos, se convirtió en el nuevo presidente electo.

Impedir a toda costa que el ganador gobierne

Con el apoyo de los sectores oficialistas, el Ministerio Público (MP) comenzó a tratar de allanar el camino de las elecciones a partir de realizar una serie de acciones ilegales de la mano de su titular, la fiscal general de Guatemala, Consuelo Porras, y de Rafael Corruchiche, jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI). Ordenaron el allanamiento del Tribunal Superior Electoral (TSE) y la sede oficial de Movimiento Semilla, ubicado en la Zona 1 de Ciudad de Guatemala, único partido investigado en esta supuesta campaña por esclarecer posibles delitos electorales. Su objetivo era claro a ojos de la opinión pública: invalidar la personalidad jurídica del partido y volver más complicada la toma de posesión en enero de 2024 al dejar a Arévalo y a sus diputados electos de Semilla sin partido.


A finales de septiembre, el Ministerio Público arribó al TSE e incautó todas las actas de las elecciones, a pesar de la resistencia de los magistrados del tribunal. Corruchiche declaró que esta acción se llevaba a cabo para encontrar evidencias de fraude, evidencias de irregularidades o algo que pudiera confirmar un supuesto fraude electoral.

La gota que derramó el vaso

El hartazgo popular se desbordó con esta acción del MP, respaldada por la fiscal general y por el titular del FECI. Un hartazgo acumulado no sólo en este proceso sino en constantes y repetidos eventos de corrupción y de manipulación pasando por encima de la voluntad popular. Durante el gobierno de Giammattei varios periodistas han sido exiliados o detenidos, otro tanto de funcionarios del poder judicial también ha tenido que salir del país para salvaguardar su integridad. Persecuciones y delitos inventados han sido partes fundamentales del gobierno actual.

Es este el contexto en el que las Autoridades Ancestrales de los 48 Cantones junto con la Alcaldía Indígena de Sololá, tomando en cuenta las acciones realizadas por la fiscal y el MP en contra de la legalidad de las elecciones y la democracia en el país, anunciaron que comenzarían con un paro nacional a partir del 2 de octubre de 2023.

Fotografía de Anais Taracena


Así como fue anunciado, en tiempo y forma, se cerraron caminos y comenzó una de las mayores acciones políticas populares de las que se tenga registro en las últimas décadas en Guatemala. El bloqueo más contundente de los primeros días comenzó en el punto conocido como Cuatro Caminos (Totonicapán), cruce fundamental, no sólo de departamentos sino de las carreteras hacia distintas direcciones en el país, por ahí se cruza si se quiere ir de sur a norte o de oriente a occidente.

Una delegación de las Autoridades Ancestrales, además, llegó a las puertas del Ministerio Público, en la Ciudad de Guatemala y se estableció en plantón indefinido. Los primeros días fueron los sectores campesinos e indígenas quienes apoyaron este paro, sin embargo, paulatinamente los sectores urbanos se sumaron. Para el quinto día, ya se habían registrado bloqueos en distintas partes del país y el plantón en la capital contó con un apoyo muy significativo.

Se bloquearon las principales vías de la capital guatemalteca, se sumaron los mercados con un paro de dos días en los que cerraron sus actividades comerciales, el transporte público se detuvo y comenzaron manifestaciones espontáneas en los distintos barrios de la ciudad.

La misma situación se vivió en todo el país bajo la inspiración de la organización y solidaridad de los 48 Cantones. La demanda principal de renuncia de Consuelo Porras y Rafael Corruchiche ha sido respaldada inclusive por la Universidad de San Carlos y por la Universidad Landívar, así como por el Consejo Episcopal de Guatemala. Durante 2 semanas de paro nacional el país se ha transformado completamente en un escenario de movilizaciones sin precedentes, las cuales definirán el futuro inmediato de un país en donde los sectores empresariales y la clase gobernante se han regido por la opresión, la corrupción sin límites y la guerra en contra de la población.


El gobierno guatemalteco responde

Giammattei ha tenido dos intervenciones en cadena nacional, la primera para asegurar que el paro nacional parecía un golpe de Estado y la segunda para decir que él no tenía facultades para destituir a Porras y Corruchiche, además de solicitar el fin de los bloqueos.

Este gobierno saliente durante estas intervenciones en televisión, también ha señalado a Bernardo Arévalo como responsable de las movilizaciones, lo cual resulta una manipulación de la narrativa en donde las personas que han realizado actos ilegales de allanamiento de espacios e instituciones, e incautación de documentos oficiales, un golpe de Estado técnico, quedan sin responsabilidad en la crisis nacional.

Entre estas dos emisiones presidenciales, Giammattei recibió a una pequeña comisión de las Autoridades Ancestrales, la cual reafirmó las demandas centrales. Sin embargo, ante la negativa presidencial de poner fin al conflicto a partir de escuchar la voluntad popular, el presidente se declara incompetente. Al término de esta reunión la comisión de los 48 Cantones informó que los puntos acordados con el gobierno fueron:

Que las protestas y bloqueos continuarían por tiempo indefinido; que se buscaría una reunión con los magistrados de la Corte Suprema de Justicia, la Corte de Constitucionalidad y la fiscal general del Ministerio Público, Consuelo Porras; se exigen que la Policía Nacional Civil resguarde la seguridad de quienes participan en las protestas; evitar infiltrados que causen disturbios; el compromiso de proteger el patrimonio nacional durante las protestas; en todos los bloqueos se permitirá el paso de unidades de emergencia y de alimentos, así como de unidades que transporten mercancías de uso cotidiano; se permitirá el paso de unidades de transporte de gasolina, diésel y gas propano.

Fotografía de Anais Taracena


Por su parte, el sector empresarial guatemalteco, reunido en el Comité Coordinador de Asociaciones Agrícolas, Comerciales, Industriales y Financieras (CACIF), ha solicitado a la Corte de Constitucionalidad permisos para reprimir a las personas manifestantes y acabar con los bloqueos, bajo la excusa de que los bloqueos “asfixian al país”. Las acusaciones de las clases privilegiadas en contra del resto del país que se ha movilizado para defender su proceso democrático, han sido deplorables.

Los días de Paro Nacional

“En estos días, los bloqueos y todo lo que se ha vivido en la capital del país ha sido desde la alegría y la espontaneidad, no ha habido situaciones de violencia más que las originadas por un grupo de infiltrados que quisieron provocar y no lo lograron”, comenta la documentalista guatemalteca Anais Taracena, quien ha registrado estos días de paro en la Ciudad de Guatemala, donde reside. Las imágenes que acompañan generosamente esta publicación son parte de su trabajo, el cual agradecemos y reconocemos mucho.

A los bloqueos en la capital también han llegado delegados de la Organización de Estados Americanos (OEA), quienes emitieron una petición al gobierno guatemalteco para que escuche a la población y atienda sus demandas. Pareciera que el gobierno, en lugar de dialogar, pretende que la población se agote y acabe esta manifestación nacional, porque, en palabras de Taracena, “le tiene pavor al empoderamiento de la población indígena en Guatemala y su capacidad organizativa”.


Y a la clase política tradicional tampoco le conviene, al parecer, que Arévalo se convierta en el nuevo presidente, ya que, con todo este apoyo, tendrá una responsabilidad enorme y deberá al menos, esclarecer estos crímenes electorales e impedir que nuevamente sea la corrupción y la impunidad quienes reinen en el país.

Las imágenes de este paro muestran una diferencia respecto a lo ocurrido en 2015, a decir de la documentalista, en esta ocasión las movilizaciones son más contundentes y con una mayor duración, las redes sociales ayudan a conocer con precisión los puntos de bloqueo y los turnos para apoyarlos.

“En los puntos de resistencia –continúa Taracena– llegan las personas que trabajan en el mercado a dejar comida, se pone música, la gente llega ponen su sonido, hay baile, proyecciones, hay niñes jugando, es la ocupación del espacio público que tanta falta hace en Guatemala, que es un país muy reprimido, que ha tenido el fantasma de la guerra; ahora hay mucha alegría en la calle, todos los días a las 9 de la noche hay cacerolazos y la gente sale a gritar que se vaya Consuelo [Porras], que se respete la democracia. Una increíble solidaridad y que se va a quedar en el inconsciente colectivo, es algo histórico, aunque no sabemos qué puede pasar con el gobierno, que le apuesta a que nos cansemos”.

Hasta el cierre de esta edición, a pesar de haber sido uno de los acuerdos entre el presidente Giammattei y las Autoridades Ancestrales, se registró el asesinato de un manifestante en el departamento de Chimaltenango a manos de unos sujetos encapuchados y en el Cruce de Orizaba, Malacatán, departamento de San Marcos hay tres personas fallecidas y cuatro heridas luego de que un grupo de personas, que no lograron ser identificadas, dispararon armas de fuego en contra de los manifestantes ahí reunidos.

Fotografía de Anais Taracena

Hay un ambiente de incertidumbre en Guatemala, comienzan a circular noticias falsas y esto sólo ha generado mayor intranquilidad entre las personas que sostienen los bloqueos. “No sabemos si va a haber represión de la policía o violencia directa por parte de personas no identificadas”, comenta un manifestante que prefiere mantener el anonimato.

Además, este 15 de octubre por la noche, un grupo de personas, alrededor de 160 se manifestó frente al Palacio de Gobierno en contra de los bloqueos. En ocasiones anteriores de la historia latinoamericana, este tipo de expresiones ayudan a legitimar la represión de la policía.

Sin embargo, no hay mayores avances que dejen ver una posible negociación para resolver las demandas populares enarboladas durante este paro nacional. Tampoco hay señales que indiquen que desde el gobierno de Giammattei se buscarán los mecanismos para destituir a Consuelo Porras y Rafael Corruchiche ni de cómo se puede llevar a cabo una transferencia de gobierno apegada a la ley y respetando la voluntad popular expresada en las elecciones de agosto de este año.

Los bloqueos han disminuido en ciertos puntos, pero el grueso de las movilizaciones continúa, incluyendo el plantón afuera del Ministerio Público y las personas están a la expectativa de lo que ocurra en los siguientes días.

Fotografía de Anais Taracena