Siendo un medio hecho mayoritariamente por personas de pueblos originarios, indígenas de diversas comunidades en México y en otras partes de América Latina, consideramos fundamental reproducir este comunicado del Concejo de Pueblos Originarios Viviendo en Nueva York, el cual denuncia una de las tantas situaciones que vivimos en los Estado-Nación.
Cabe señalar que un grupo de integrantes de la colectividad firmante contactará al Departamento de Justicia de los Estados Unidos para evaluar la legalidad de esta situación desde las leyes que protegen a los pueblos originarios y nativos en EU. aquí el comunicado completo:
Ciudad de Nueva York,
A la comunidad emigrante en Nueva York,
A los pueblos nativos americanos, indígenas y originarios del continente,
Hermanos, hermanas y hermanes,
Como saben ya muchos lectores de esta misiva, los principios de alegría, dignidad, respeto y comunalidad que rigen la vida de los pueblos originarios de América Latina, Estados Unidos y Canadá están bajo amenaza constante desde hace 531 años.
Estos principios se sostienen a flote como un barco a la mitad de una tormenta, solamente gracias a la fuerza, la determinación y la cooperación de sus tripulantes.
Y es que los pueblos indígenas no sólo enfrentamos el genocidio cultural y humano de occidente desde la conquista. En 2023, mientras el modelo económico dominante nos despoja de nuestra capacidad de ser independientes y nos obliga a migrar, hartos intereses económicos y políticos pretenden invadir, expropiar, explotar y vender nuestros recursos naturales. Por eso se siente como una barca bajo una intensa tormenta a la mitad de la noche.
Y luego de verse obligados a migrar, a navegar una tormenta y llegar a un nuevo destino, la lucha de los pueblos, lejos de aligerarse, se agrava. El individualismo, la mezquindad y la ansías de poder de la cultura de los Estados Unidos intenta seducir a la gente migrante de nuestros pueblos y sembrar la división y la competencia entre nosotrxs.
Hoy, a las y los miembros de este Concejo nos toca enfrentar una nueva amenaza de tormenta.
En días pasados, recibimos una carta firmada por un despacho de abogados que notifica a los miembros de nuestra organización indígena que el nombre Concejo de Pueblos Originarios se encuentra registrado a título de un particular y que ni nosotros ni ningún otro Concejo del mundo podrá usar esta combinación de palabras sin permiso de dicho particular.
Este intento de privatizar nuestra forma de tomar decisiones está encabezado por un grupo con quienes tenemos diferencias ideológicas y estratégicas. Pero más allá de cualquier diferencia, nosotros y nosotras decimos que cualquier pueblo indígena puede organizarse en Concejo. Que cualquier grupo indígena en Nueva York y en el mundo que tenga el fin de ayudar a su pueblo a navegar la tormenta civilizatoria está en su legítimo derecho de organizarse como Concejo.
Que no haya uno, que haya cientos de concejos de pueblos originarios independientes en todo Estados Unidos
Privatizar la organización comunitaria, por donde se le vea, es una amenaza contra todos los pueblos indígenas del mundo, que desde hace 531 años sufrimos el despojo de nuestros territorios y costumbres ancestrales.
¿Qué sigue? ¿Registrar la palabra “Tradición”? ¿Registrar “Trabajo Comunitario” como marca registrada de un particular?
Nosotros y nosotras hemos decidido resistir esta demanda y estamos listos para ir con la frente en alto a las cortes y a la cárcel si es necesario por defender nuestro derecho a organizarnos y llamarnos como Concejo
Convocamos a otros concejos y pueblos de la América Latina y el mundo a manifestar su rechazo al registro del concepto de Concejo de Pueblos Originarios o cualquier otro concepto indígena como marca registrada usando el hashtag #ElConcejoSomosTodxs.
También, convocamos a todas las personas del mundo a constituir tantos concejos indígenas como sean posibles para defender la cultura de nuestros pueblos. En Nueva York y en cualquier lugar pueden existir tantos concejos como se quiera.
Por nuestra parte, en los próximos días llamaremos a una asamblea para compartir mayores detalles y estrategias para solicitar al sistema de justicia estadounidense que se manifieste sobre este asunto.
Este intento de privatizar las formas tradicionales de organización y gobierno indígena va en contra de la tradición de comunalidad, en contra de la Declaración de las Naciones Unidas sobre los pueblos indígenas y en contra de las leyes de protección de la propiedad intelectual de los pueblos indígenas de los Estados Unidos.
Ni la cultura, ni la palabra, ni los sueños ni la dignidad de los pueblos originarios se puede privatizar.
Porque la dignidad no tiene dueño.