Más de 20 organizaciones de América Latina y Europa visitaron este jueves 19 de mayo la Casa de los Pueblos en el sur del Bronx. Se creó un espacio de dialogo, escucha y mucha hermandad entre colectivos que abordan la situación de las y los migrantes en diferentes contextos y las personas que la viven en carne propia.
Este grupo de organizaciones han sostenido diálogos durante toda esta semana con los diferentes gobiernos del mundo en la sede de las Naciones Unidas en Nueva York, estos trabajos se han realizado en el marco del Foro del Examen para la Migración Internacional (FEMI) con sede en Nueva York. Dentro del ejercicio de compartir ambas realidades, se buscó que los mensajes que se discuten en estos diálogos de alto nivel en la ONU, incorporen la perspectiva de las poblaciones que viven la realidad migratoria.
En Nueva York, existe una importante población migrante de muchas partes de mundo, según cifras de la alcaldía, se sabe que al 2021 existía la cantidad 476 mil personas migrantes indocumentadas originarias de diversos países. Por lo que hablar de espacios incluyentes se vuelve una prioridad para todas las personas que la habitamos. Es por ello, que este encuentro cobro especial relevancia al escucharse todas las voces.
Se encontraron representantes de España, Portugal, Ecuador, Colombia, Brasil, Suiza, Estados Unidos y México. Se compartieron los relatos de cómo la migración impacta en la vida de las personas, del cómo divide familias enteras, así como las dificultades para el acceso a la justicia en los casos que se ven involucrados migrantes indocumentados. Sin embargo, no todo fue trágico, también se habló de las historias de éxito que se están tejiendo en Nueva York, como el colectivo de intérpretes Colibrí que logra que familias migrantes indígenas accedan a la justicia, salud y educación en una tierra donde parecería que no hay espacio para lo diferente.
Jessy una mujer indígena del pueblo Na Savi de la Montaña de Guerrero, compartió en su lengua lo difícil que es para ella estar en un país donde no se puede comunicar pues no habla su lengua, pero lucha para criar a su pequeña hija. ¿Cómo sobrevivir en un país donde todo es extraño para ti? ¿Dónde a pesar de todo vas haciendo historia y comunidad? Pero que, al encontrar un espacio como la Casa de los Pueblos, puede encontrarse con mujeres como ella y compartir su sentir en su propia lengua.
Nuestros visitantes pudieron ser testigos de cómo el Concejo de Pueblos Originarios Viviendo en Nueva York, ha luchado para posicionar la palabra de sus comunidades en esta urbe de hierro, así como la incidencia a nivel local para impulsar una ley que garantice el acceso a la interpretación en escuelas, hospitales y juzgados. Conocieron algunos de los trágicos casos que acompañamos para lograr el acceso a la justica de personas latinas. Escucharon el relato de mujeres indígenas y como han luchado para romper los ciclos de violencia en el que viven.
La Casa de los Pueblos no podía existir sin la lucha de cientos de personas que han compartido un poco de su tiempo y amor, buscando crear un espacio de acogida que pueda ser el refugio de historias. Buscando que las nuevas generaciones no pierdan sus raíces de un pueblo latino que estamos acostumbrado de ir contra la adversidad. Es por ello, que esta tarde de jueves fue de celebración donde por medio de la alegría, baile y fiesta se logró compartir un poco del trabajo que por más de 5 años hemos realizado en una de las regiones más pobres de Estados Unidos, donde los que más sufren son los invisibles las personas migrantes indígenas de todo el mundo.