La pandemia de Trump: el miedo como política pública | Molino Informativo

La pandemia de Trump: el miedo como política pública

by | Ene 31, 2025 | Comunidades

“Nadie quiere salir a la calle, las personas están asustadas, no saben si salir a trabajar o si van a llevar a sus hijos a las escuelas”.

“Me di una vuelta por la 3ra Avenida y Willis y está como en tiempo de pandemia, muy poca gente caminando”.

“Ayer arrestaron a un vecino dominicano y a otra persona de la misma nacionalidad, al final a uno lo soltaron porque tenía papeles, pero se dice que ya la gente anda con sus documentos”.

“Este sábado teníamos un evento, un bautizo, la fiesta iba a ser en un salón pero me llamaron antier para cancelar, piensan que la gente no va a ir y que luego nos avisan de cuándo va a ser el evento”.

Efectivamente se trata de una nueva pandemia: la del miedo, la del odio, la de la intolerancia, la del racismo y la de la violencia. Todos estos rostros de la nueva pandemia se condensan en un nombre: Donald Trump. Las noticias que día a día inundan las pláticas y los rumores son acerca de las nuevas formas en que el gobierno de Estados Unidos va a deportar personas. Cada orden ejecutiva que firma el presidente es una nueva barrera para tener una vida en paz en Estados Unidos.

En el Bronx, lugar de vivienda de millones de personas provenientes de todas partes del mundo, cada mañana se vive la incertidumbre de una nueva redada de ICE (Inmigrations and Customs Enforcement). Cada día se vacían más los lugares que antes estaban abarrotados, incluyendo Times Square, posiblemente el corazón de las multitudes que visitan Nueva York. Gracias a los videos de una persona migrante podemos ver esta soledad. Preocupada por vivir una nueva pandemia –esta vez social y política– se animó a recorrer las calles en donde antes se entorpecían las caminatas.

Esto está ocurriendo ahora mismo en otros barrios y en otros estados del país.


Como si se tratara de un espectáculo –del cual hay que enorgullecerse– Kristi Noem, la secretaria de Seguridad Nacional filma los preparativos para empezar la cacería de personas migrantes, porta un chaleco antibalas como si las personas a las que van a detener fueran los grandes delincuentes o los criminales que responderán con armas. Pero no, todo el arsenal que llevan los oficiales de migración y ella misma son parte de la utilería del miedo. Una forma de maquillar todo para causar pánico.

El objetivo semanal de estos operativos en la Gran Manzana: al menos 500 personas detenidas y deportadas –o enviadas a la cárcel de Guantánamo algunas de ellas–. Sin embargo, las imágenes transmitidas por CBS no son convincentes respecto a la peligrosidad de los detenidos o de la necesidad de tener como objetivos casas familiares y departamentos en donde viven personas trabajadoras que no tuvieron el privilegio de nacer en Estados Unidos, y a quienes se les criminaliza a pesar de ser la fuerza productiva del país en casi todos los ámbitos.

“El alcalde Nueva York [Eric Adams] nos ha ayudado mucho, ha dispuesto a elementos del Departamento de Policía en caso de necesitarlos por si consideramos que los detenidos son demasiado peligrosos”, declara Noem en una entrevista televisiva. “Esto no es un espectáculo –continúa casi irónica– es la aplicación de la ley, del proceso judicial, de las leyes que aplican para todos, necesitamos transparencia en esto”.

Tal vez sea esto lo único cierto: son muy transparentes en el fortalecimiento del fascismo al aplicar medidas racistas como las que hemos visto desde el 20 de enero de 2025, momento en el que comenzó esta nueva temporada de la serie.

El valor de las comunidades

A pesar de que de un día a otro, las recomendaciones entre muchas comunidades migrantes latinoamericanas que residen en Nueva York son muy parecidas a las que se daban durante los primeros meses de COVID-19 (guarden dinero, no salgan más que a lo indispensable, tengan sus documentos a mano, no difundan información falsa, hay que cuidarnos), la respuesta a esta nueva pandemia de miedo tiene ya una experiencia distinta detrás. Hay aprendizajes de por medio.

Si ya no es posible confiar en las instituciones, lo que sí es confiable es el cuidado comunitario. Rápidamente, ante una crisis como esta no serán los políticos ni otras instituciones las que van a prevenir esta limpieza social que pretende llevar a cabo Trump, serán las propias familias organizadas, las comunidades reaccionando como lo han hecho siempre, partiendo de un principio muy claro: sólo el pueblo protege al pueblo.

Si algo queda por rescatar en Estados Unidos son precisamente estas comunidades diversas y con muchas tradiciones organizativas, ellas serán quienes respondan ante este miedo y esta incertidumbre. Con sus formas y con sus modos, con las herramientas que tengan a la mano, no será la violencia o la confirmación del carácter criminal del que se les acusa desde el gobierno, serán el amor y los proyectos de vida, las tradiciones, el espíritu de pertenencia y la acción colectiva las estrategias que permitan salir adelante de esta nueva crisis.

Mientras tanto, Estados Unidos seguirá tratando de sostener la falacia de su hegemonía, su supuesta posición primordial en el mundo. Lo que se impone a través de la violencia y el miedo, de los discursos de odio y las segregaciones ni se sostiene por mucho tiempo ni vale la pena sostenerlo.

Por cierto, en el Bronx hay un mural en donde se retratan algunos rostros de las personas que han dado vida y experiencia a este bello lugar. No se lo pierdan. Es un mural nacido de las migraciones y, curiosamente, tiene una frase que debe resonar en estos momentos: “Si llegar fue difícil, irnos será imposible”.