Celebrando el Festival NewYorkTlan: unidos sin importar nuestro origen o cómo llegamos | Molino Informativo

Celebrando el Festival NewYorkTlan: unidos sin importar nuestro origen o cómo llegamos

by | Dic 27, 2023 | Comunidades

El Festival NewYorkTlan es un evento que celebra la diversidad y riqueza cultural de los pueblos radicados en la ciudad de Nueva York. A través de la danza, el canto, la poesía, los sabores y los colores, esta festividad honra las raíces de sus participantes y promueve el entendimiento y respeto entre diferentes comunidades. Es una oportunidad para sumergirse en culturas distintas y apreciar la belleza de su expresión artística.

Con varios meses de anticipación, muchas mujeres realizaron los preparativos para este festival, creando distintas manualidades, como un arco de flores de papel y una pancarta con colores vistosos donde se leía el nombre del festival. A pesar de ser de que estas mismas mujeres indígenas han sido mayormente invisibilizadas en la urbe neoyorquina, nunca se han dado por vencidas.

Algunos podrían preguntarse por qué el nombre del festival es NewYorkTlan. Esteban Estevez, uno de los pioneros, explicó que la palabra está compuesta por “New York” y “Tlan”. “New York” representa a la ciudad, mientras que “Tlan” significa “lugar” en náhuatl.

Luis, otro colaborador del evento, nos dijo que el festival fue creado con el objetivo principal de representar la cultura de los pueblos que residen en Nueva York. Además, busca promover el reencuentro familiar a través de la cultura, y se ha venido realizando desde el año 2014.

Por la proximidad de las fechas, este año, el evento fue llamado “NewYorkTlan Navideño” y se llevó a cabo el 17 de diciembre en West Harlem, uno de los barrios más reconocidos de la ciudad. A pesar del mal tiempo, algunas familias lograron reunirse después de muchos años y asistieron al lugar.

Comienza la fiesta

A las 11 de la mañana se instalaron los puestos de comida, artesanías, por supuesto con los tamales y los atoles que no faltaron para combatir el frío. Los participantes llegaron cargados con sus atuendos para las diferentes participaciones, como los tecuanes con sus enormes sombreros y la danza de las moras, quienes hacían ruido con sus machetes.

A través del sistema de sonido, se hizo el llamado para dar inicio al evento e invitar a las personas a bailar la tradicional Xochipitzahuatl. Esta palabra náhuatl significa “flor menudita” y es una canción tradicionalmente cantada en el centro de México durante las bodas. De repente pudimos ver cómo, el centro del lugar estaba lleno y todos formaron un círculo para disfrutar del baile, incluyendo niños y madres que cargaban a sus hijos.

Todos se organizaron y comenzaron a participar en orden, mientras otros aprovechaban para comprar en los puestos. Algunos adquirieron piezas artísticas hechas a mano, mientras que otros compraron comida para recargar energías y poder disfrutar de los diferentes bailes.

En medio de la celebración, las mujeres del grupo Voces de los Pueblos nos deleitaron con el hermoso baile llamado “La San Marqueña”, originario del estado de Guerrero. Fue un momento lleno de alegría y talento.

Fotografía de Gloria Tadii Ángeles


Las participaciones continuaron y llegó el turno de Maru, como todos la llaman. Ella es la actual directora de la Red de Pueblos Trasnacionales y fue la encargada de compartir con los asistentes información sobre el trabajo que realizan en beneficio de la comunidad migrante de los pueblos, así como los servicios que ofrecen.

Disfrutamos de las nuevas generaciones con la danza de Las Moras, de Teopantlán, Puebla, los padres han transmitido a sus hijos estas danzas, y pudimos constatar que los mas pequeños realmente estaban comprometidos, ya que antes de salir a la pista se arreglaban sus atuendos con mucha dedicación.  

Y a medida que el lugar se iba llenando, reinaba la algarabía. Las mujeres del grupo de bordado presentaban con orgullo su trabajo: un enorme mantel en el que se podía apreciar la “Red de Pueblos Trasnacionales”. Estas mujeres se reúnen semanalmente en La Casa de los Pueblos, y no solo son mexicanas, sino que también hay mujeres del pueblo garífuna de Honduras.

La maestra Guille explicó que el bordado es una forma de mantener viva la memoria de sus pueblos y sus tradiciones. Además, lo considera como una especie de terapia, ya que mientras cosen cuentan sus historias personales. Con el paso de los años, la Red ha ido creciendo y diversificándose. Ya no solo incluye a los pueblos mexicanos, sino también a comunidades de Honduras, Argentina, Guatemala y Ecuador. 

El grupo Culturas del Pasado, Voces del Presente viajó desde Tlaxcala, México para compartir su canto en náhuatl. Ataviadas con hermosos vestidos de manta con bordados discretos, interpretaron canciones populares como “Martinillo”, “Cielito lindo” y un baile tradicional del Istmo de Tehuantepec, Oaxaca, llamado “Son de Calenda”, entre otros.

Nuestros oídos también disfrutaron de la música del Concejo de los Pueblos Originarios. Cada grupo tuvo su participación y nadie se quedó fuera del festival. Incluso a les Molineres les tocó salir a compartir su trabajo y agradecer a las personas que les han permitido compartir sus historias.


Los Soñadores de Necoxtla nos compartieron su arte y trabajo a través de Yogui Ariza, quien tiene un pequeño espacio en la Casa de los Pueblos donde vende artesanías hechas por su familia. La fiesta de los pueblos continuaba su curso hasta que ya no había más espacio para caminar, pues todos querían ser parte de la celebración.

La Danza de las Moras de San Pedro Benito Juárez y la Danza de los Wisos invitaron a los asistentes a bailar. ¿Y quién no se iba a animar? La música y la alegría eran contagiosas. Inclusive pudimos ver a Daniel Kaufman y Ross Perlin de la Alianza de Leguas (ELA) unirse al baile, entre el olor a tamales y pan de feria que se vendía en los puestos alrededor de la pista.

Durante este festival, muchos esperaban reencontrarse con sus seres queridos. La Red se dio a la tarea de realizar los trámites necesarios para facilitar estos encuentros. Sin embargo, se encontraron con las barreras del sistema de visas americanas, lo cual impidió que muchos pudieran viajar. Solo algunos tuvieron la suerte de obtener la visa y entre ellos se encontraba Mayra Sic, una partera y terapeuta guatemalteca.

Sic trajo consigo su vasto conocimiento en medicina ancestral y realizó diversos talleres tanto con mujeres de la Red como con algunas miembros de la comunidad. Su participación fue muy valorada y apreciada por todos aquellos que tuvieron la oportunidad de asistir a sus clases.

La presencia de Mayra, durante el festival fue un ejemplo del intercambio cultural y del enriquecimiento mutuo que puede ocurrir cuando se rompen las barreras burocráticas. A pesar de las dificultades encontradas, su contribución fue testimonio vivo de la importancia de mantener viva la tradición y sabiduría ancestral en nuestros tiempos modernos.

Los participantes siguieron desfilando, y tocó el turno a la Asociación de Mujeres Afrodescendientes (AMA), con la canción del pueblo garífuna llamada “Yurumein”, ese cantar tan particular de ellas, trajo algo diferente de los años anteriores, se acerba el final y los tecuanes se alistaban con sus enormes sombreros, traían consigo sus trajes, que se podía apreciar bordados de la Virgen de Guadalupe, así mismo el baile de los Tigres, y cerrando con broche de oro, los Charros de Tlaxcala. 

Sin embargo, no quisimos perder la oportunidad de conversar con Francisca Galindo, una indígena de la comunidad de Coachimalco, del municipio de Tlapa de Comonfort, Guerrero, que recientemente se integró a la Red. Ella nos brindó un hermoso cuento en náhuatl llamado “El cántico del triunfo”. Galindo nos contó que migró hace 17 años y lo único que trajo consigo fue su lengua materna, ya que sabía muy poco español. No fue hasta hace un año que decidió enfocarse en aprender a hablarlo y ampliar su vocabulario a través de la lectura.

Sin embargo, dijo que sus malas experiencias le inspiraron a compartir mensajes positivos en su lengua materna y mantener viva la tradición oral. Expresó que casi todos los fragmentos utilizados en sus cuentos son tomados de la biblia. Concluyó diciendo que nadie debería avergonzarse o tener miedo de hablar su lengua materna y animó a los demás a no sentirse inferiores por utilizarla: “No se sientan inferiores por hablar nuestra lengua”.