Antes de la fecha límite el Senado de Estados Unidos aprobó la Ley de la Deuda con 63 votos a favor y 36 en contra, extendiéndola a enero de 2025. Hasta enero de este año la deuda ascendía a 31.4 billones de dólares, es decir un tercio del total de la deuda soberana, sin embargo ex pecialistas, creen que este fue uno de los enfrentamientos más peligrosos y quizás más fútiles en el aumento del techo de la deuda en el que se ha involucrado el gobierno, este acuerdo, se dio entre la Casa Blanca y el liderazgo republicano, aunque el Congreso tuvo la última palabra.
Durante la conferencia de prensa semanal de Ethnic Media Services, expertos hablaron sobre quienes seran los ganadores y perdedores en éste acuerdo.
Rachel Snyderman, directora Asociada Senior de Política Comercial y Económica, del Centro de Política Bipartidista, dijo que el proyecto de ley final, refleja un trabajo fuerte aunque en realidad no complacerá a la mayoría, además de que el proyecto de ley tampoco tiene en cuenta nuevas fuentes de generación de ingreso la próxima década.
En este momento se estan promediando déficits anuales de billones de dólares y el proyecto de ley realmente no ve el lado de los ingresos, Snydeman aseguró que es hora de que los legisladores se unan para enfocarse en soluciones que puedan aumentar los ingresos en lugar de solo permitir que se reduzcan los impuestos y enfocarse en el gasto discrecional, que en realidad es solo una cuarta parte del total.
Shannon Buckingham, vicepresidenta Senior de Comunicaciones y Consejera Senior, del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, mencionó que, los resultados de esos debates tienen implicaciones muy profundas para las personas de todo el país, especialmente para quienes necesitan apoyo para llegar a fin de mes.
Sin embargo, “lo más preocupante es una disposición que pondrá en riesgo la asistencia alimentaria de SNAP, para adultos mayores de muy bajos ingresos a través de un requisito de informe de trabajo, estas políticas ya están vigentes para otros adultos y se amplía la edad, se limita para ese requisito a un grupo de personas de 50 a 54 años, esta política aumentará el hambre y la pobreza, en ese grupo sin impulsar el empleo y eso es algo que va en contra de los valores que tiene nuestra nación”, recalcó Buckingham.
En otro sentido, “otra preocupación es que el acuerdo recorta la parte del presupuesto denominada financiación discrecional no relacionada con la defensa que financia una serie de prioridades nacionales; como lo son, cuidado infantil, educación, capacitación laboral, vivienda y hasta investigación médica”, concluyó.
Lindsay Owens, PhD., directora ejecutiva de Trabajo de base colaborativo afirmó que “el techo de la deuda no se trata de gastos, sino de pagar facturas sobre gastos en los que ya se ha incurrido”; sin embargo se debe tener en cuenta que elevarlo, no significa que haya un avance en los asuntos fiscales.
Sobre el recorte del presupuesto, Owens recalcó, que “del I.R.S. no ahorramos 21.4 mil millones de dólares, en realidad perdimos 90 millones de dólares porque cada dólar que se presenta para la ejecución no se paga solo, sino que en realidad, resulta un aumento neto en el déficit ”.
“El aumento definitivamente se verá reflejado en la inflación, aunque se congelen los fondos, en una economía mundial en la que la inflación es de un 5%, por lo que se necesita compartir primero mientras que hay entre 4% o 5% menos de recursos disponibles, lo que se traducirá en un 5 % menos en asistencia para la vivienda, 5 % menos de espacios para que los niños pequeños vayan a Head Start y 5 % menos en servicios para personas mayores”, puntualizó.
Así mismo dijo que es realmente importante entender que en un mundo en el que tenemos una inflación creciente se espera que tengamos en el año fiscal 2023, 2024 y 2025 la financiación plana o un aumento del 1 % no cubrirá en realidad los efectos de la inflación.
Finalmente los panelistas concluyeron que serán los ciudadanos quienes pagarán las consecuencias del aumento del techo de la deuda.