Fotografías de Flavio Anguiano
Por segunda vez llegó a Nueva York el diseñador indígena tzotzil, Alberto López, desde Paraje Juxton, Magdalena de Aldama (Chiapas, México), muy motivado y con mucha alegría, nos recibió en las instalaciones de Endangered Language Alliance, al sur de Manhattan. La primera visita ocurrió en febrero del 2020 durante la Fashion Week de Nueva York, sin embargo esta vez fue diferente, estuvo muy de cerca con las comunidades migrantes indígenas, como el Consejo de los Pueblos Originarios Viviendo en Nueva York, con quienes intercambió conocimientos acerca de su arte.
Alberto es un joven diseñador que comenzó a tejer a los 20 años de la mano de su madre, Margarita Gómez, quien fue una tejedora tzotzil. Para él fue su mentora principal y está muy presente en su corazón, dijo que a ella debe su amor por el arte de los textiles, con ella rompió todos los estereotipos ya que en las comunidades indígenas los hombres sólo se dedican al campo. Esto no fue un impedimento para López, su madre le enseñó a hilar, a teñir los textiles y a dejar plasmada la historia de su pueblo en cada prenda.
Hace 14 años fundó y creó su propia marca que nombró Kuxul Pok’ una palabra en tzotzil que significa “prenda viva”, y aunque el proceso ha sido difícil y largo, sin importarle los señalamientos y las críticas, actualmente trabaja con más de 100 tejedoras indígenas. A través de Kuxul Pok’, ellas han aprendido a ser valientes, a levantar la voz, a que sus derechos sean reconocidos y respetados. Sobre todo, les ha servido para empoderarse y seguir resistiendo a través de los tejidos que sus abuelas les heredaron.
La elaboración de cada pieza lleva meses, incluso hasta un año. Por ejemplo, las prendas hechas de lana dependen del cuidado que se le da a los borregos, ya que esto determina la calidad del material. Los precios de sus piezas a veces no son valoradas en México, por eso llevarlas al extranjero sirve para dar a conocer su trabajo como diseñador y resaltar la importancia del trabajo de sus compañeras.
Por otro lado, cuando le preguntamos sobre los plagios de estas prendas artesanales, aseguró que se está trabajando con la Secretaría de Cultura para rescatar todo lo que se ha perdido culturalmente. Los textiles representan nuestro patrimonio cultural y hablan del trabajo de las artesanas, por lo que es necesario salvaguardarlo. Desafortunadamente este fenómeno no sólo ocurre en México, sino en otros países.
Alberto hizo un recorrido exitoso con todos sus diseños, por Nueva Jersey, Connecticut, y Nueva York, donde realizó una pasarela de textiles con jóvenes de origen mexicano. Recibió el aplauso de los asistentes, compartió sus próximas presentaciones en Suiza y anunció su regreso a Estados Unidos en septiembre, para seguir exponiendo sus exclusivos diseños.