El pasado viernes 21 de abril, durante la sesión informativa de Ethnic Media Services, Pilar Marrero, editora asociada, fue la encargada de moderar la sesión correspondiente del día y el tema central fue, el alarmante aumento en las tasas de mortalidad de los niños y adolescentes en los Estados Unidos durante los últimos años dijo que entre 2019 y 2021, la mortalidad infantil creció entre 8,3% y 10,7% respectivamente.
Señaló que las armas de fuego son protagonistas importantes en el riesgo de muerte entre los niños estadounidenses, esta cifra se incrementó en un 50% en los años recientes y en lo que va del presente año han habido al menos 42 incidentes de disparos en espacios escolares que han dejado 17 muertos y 32 heridos en el país.
Desde la perspectiva médica, las cifras son alarmantes. Steven H. Woolf, MD, MPH, profesor de medicina familiar, población y salud en la Facultad de Medicina de la Universidad de Virginia Commonwealth señaló que hace un siglo no se veían tantos casos, indicó que se ha experimentado básicamente un aumento del 20% en todas las causas de mortalidad, por lo que las cuatro causas de este aumento en la mortalidad no hospitalaria son: homicidio, suicidio, sobredosis de drogas y accidentes automovilísticos, las tasas de suicidio tuvieron un incremento importante en 2007 en la población de más de 15 años, mientras las tasas de homicidios en este grupo de edad comenzaron a aumentar desde 2013.
Por otro lado, entre 2019-2021 las cifras alarmantes de muertes se manifestaron entre las edades de 10 a 19 años, de los que 41 % fueron homicidios, 41 % por sobredosis de drogas y 16 % por accidentes automovilísticos. Las armas de fuego son predominantes en este incremento pues representan alrededor de la mitad de las causas del aumento en la mortalidad en el rango de edades mencionadas. Las comunidades de color son las más afectadas, representando alrededor del 63% de las víctimas de homicidio durante 2020, comparativamente fue seis veces mayor que la de la población hispana y 20 veces mayor que la tasa de homicidios en jóvenes blancos y descendientes de asiáticos e isleños del Pacífico.
La salud mental, una de las preocupaciones de los padres.
Por su parte, Kim Parker, directora de Tendencias Sociales y Demográficas en PEW Research Center, dijo que, debido al aumento del uso de armas durante el periodo mencionado, el incremento de muertes en los Estados Unidos llegó al 23% entre los niños, mientras que el 60% de los homicidios involucran armas de fuego, en 2021 prevalecieron los homicidios en este grupo de edad como ya se dijo y el 32% fueron muertes por suicidio.
Parker enfatizó que los niños y adolescentes de color son mucho más propensos a la violencia de éste tipo que los niños blancos, hispanos y asiáticos. Los niños de color mueren por lesiones relacionadas con armas y enfrentan diferencias raciales. En cuanto a las muertes por arma de fuego entre los niños, en 2021, se observó que la mayoría de las muertes de niños de color fueron homicidios, mientras que la mayoría de las muertes de niños blancos que generalmente son suicidios.
Señaló que en una encuesta de PEW, alrededor del 76 % de los padres consultados estaban preocupados sobre los desafíos con los problemas de ansiedad, depresión y de salud mental que enfrentan los niños, el otro 22% de los padres se muestran muy preocupados de que un hijo suyo pueda recibir un disparo; de igual manera la encuesta mostró que la preocupación respecto al tema alcanzó un 42 %, alrededor de un tercio en los encuestados de las comunidades de color, y finalmente casi el 70% de los padres están al menos preocupados que en algún momento podría ocurrir un tiroteo en la escuela de sus hijos.
El bienestar y la seguridad de los niños se defiende como un valor universal.
Mayra Álvarez, presidenta en La Asociación de Niños, recalcó, en este sentido, que los niños merecen un estatus especial y necesitan ser protegidos y cuidados no solo por sus padres, sino por todos en la sociedad, sin embargo, al considerar los números compartidos hoy, parece que el valor universal se está dejando atrás, señaló que el valor que nuestros niños es precioso.
Álvarez dijo que hemos llegado a un punto de inflexión donde estas muertes son tan altas que están creando cifras increíbles en Estados Unidos, si bien se ha logrado mucho en el tratamiento de enfermedades pediátricas, por lo que destacó que en realidad los niños están muriendo por causas prevenibles, es decir causas no biológicas.
Sugirió que es importante mejorar la seguridad, que permita a nuestros niños vivir en hogares y comunidades seguras, donde puedan convertirse en adultos prósperos.
También que se debe fortalecer la inscripción a programas de beneficio público, para facilitar que las familias accedan a la salud, la alimentación, la vivienda y otros apoyos que necesitan, porque son todos esos problemas los que afectan la salud mental de nuestras familias, el estrés, la depresión, la mayor ansiedad que surge cuando los padres no puede pagar la comida de un niño, no pueden pagar el alquiler, entre otros, son todos problemas que están interconectados y relacionados con la lucha contra la pobreza y lo que la pobreza está haciendo para contribuir a estas cifras alarmantes, concluyó.
El uso de armas relacionado con la historia y la cultura supremacista blanca
Tenemos una sociedad dependiente de las armas de fuego y en muchos sentidos es un caso atípico entre otros países, apuntó Kelly Sampson, asesora principal y directora de justicia racial de Brady United, afirmó, también, que existe una investigación de porque Estados Unidos trata las armas y la Segunda Enmienda de la forma en que lo hace y mucho de eso está relacionado con la historia de supremacía blanca y racismo.
Mencionó como, por ejemplo, la Corte Suprema se ha apartado de siglos de precedentes para convertir la Segunda Enmienda de un derecho cívico y defensa del estado, en un derecho privado relacionado con la autodefensa y la autodefensa está codificada racialmente en la cultura estadounidense.
Sampson habló acerca del artículo de Nature que analizó cómo la sociedad codifica a las personas que portan armas en público y los hombres blancos fueron codificados como patriotas, mientras que los hombres de color fueron codificados como amenazas, es decir hay una discrepancia en la forma en que la sociedad piensa acerca de quién necesita protegerse y la industria de las armas ha introducido la idea de que hay personas que dan miedo, y no son blancas, lo que sirve como argumento para inducir la comercialización de armas, lo que hace que las personas piensen realmente que es necesario comprar una para protegerse.
La pobreza y el racismo estructural tienen un impacto diferente en cada comunidad y dado que la violencia armada es un problema sistémico, se necesitan soluciones sistémicas para su solución, finalizó.