En su conferencia semanal Ethnic Media Services trajo a colación el temor sobre el uso del transporte público ya que se han presentado historias sobre ataques aleatorios –y en ocasiones fatales– contra los pasajeros. Parece ser que, además, las calles alrededor del transporte público son poco seguras.
Mujeres, personas mayores, personas de color y miembros de las comunidades discapacitadas y LGBTQ+ son el blanco de tales ataques, y a menudo no encuentran ningún recurso cuando denuncian tales incidentes a las fuerzas del orden local.
Los oradores discutieron la nueva legislación que aborda la seguridad del transporte público y las calles, así como las políticas para garantizar la seguridad en el transporte público e iniciativas ya existentes.
El senador del estado de California, David Min, autor de (SB) 434, tránsito público para todos: mejorando la seguridad y aumentando el número de pasajeros comentó que el 20% de población en su estado está compuesta por estadounidenses asiáticos e isleños del Pacífico, por lo que se desarrolló el proyecto de ley I-80, para proteger a estas poblaciones en espacios públicos ya que muchas personas mayores, mujeres y otras se sienten vulnerables en los espacios públicos. Se tomaron medidas para asegurarse de que estos espacios públicos, en particular aquellos que están bajo la jurisdicción del gobierno por transporte público, sean seguros y así poder exigir que los 10 principales sistemas de transportación más grandes de California recopilen datos de sus pasajeros sobre el problema del acoso y el comportamiento incómodo.
Con ello, añadió, “se pretende tener datos reales a través de la voz de los usuarios en todo California, para poder brindar soluciones”. Se han registrado, alrededor de 11,508 incidentes de odio anti-asiático entre 2021 y 2022, dos tercios de ellos involucraron acoso verbal, escrito o gestos inapropiados. También mujeres, niñas, personas de color, miembros discapacitados, comunidades LGBTQ+ se sienten inseguras en espacios públicos y en el transporte público.
Janice Li, presidenta de la Junta de Tránsito Rápido del Área de la Bahía (BART por sus siglas en inglés) dijo que actualmente tienen dos tercios del número de pasajeros que se identifican como no blancos, un tercio está en hogares con ingresos inferiores a 50 mil dólares anuales y el 4% no tiene automóvil, por lo tanto, dependen de este sistema de transporte. “Nuestras dos prioridades principales son la seguridad y la situación financiera”, aseguró.
“El transporte público en todo el país se enfrenta a una crisis existencial, una parte en particular ha sido históricamente muy dependiente, lo que significa que antes de la pandemia, el 70 % de su presupuesto operativo, alrededor de mil millones de dólares al año, se pagaba con nuestras tarifas, por lo que cuando la cantidad de pasajeros se redujo, al comienzo de la pandemia en marzo de 2020, se planteó la necesidad de conseguir nuevas fuentes de recursos para seguir operando”.
Sobre la seguridad argumentó que financiaron y crearon varios programas que están enfocados en abordar la seguridad, como colocar personal en los elevadores para asistir a personas mayores con discapacidad, de igual manera dijo se reabrieron los baños públicos en todo el subterráneo, y el enfoque principal realmente ha sido aumentar más personal uniformado en todas las áreas del sistema.
Por otro lado, comentó que en la ciudad de San Francisco, una revisión de marzo de 2020 a marzo de 2022 mostró que el 64 % de los incidentes registrados es acoso verbal, y que la mayoría ocurrió en espacios públicos, incluido el transporte público. Aunque estas son actividades no delictivas y no son situaciones de emergencia a las que los agentes de policía responderían, como sistema de transporte creemos que tener un presente de seguridad más uniforme evitará estos incidentes de acoso y BART podría intervenir para que tales incidentes en los que el acoso verbal no se conviertan en actos violentos o comportamiento delictivo.
Se contó con el testimonio de Esther Lee, quien fue atacada en el metro de Nueva York, y se convirtió en activista accidentalmente. Contó su historia: ella es hija de inmigrantes coreanos, el incidente en el que ella fue atacada ocurrió el 5 de octubre del 2021, al abordar el tren A en West Village, un hombre afroamericano comenzó a agredirla verbalmente y le escupió por lo menos dos veces.
Al sentirse insegura y no poder hacer nada con el tren en movimiento, comenzó a grabar el incidente, posteriormente Lee se bajó en la calle 59 donde hay una comisaría de policía cerca, “aún en shock por lo sucedido, vino lo peor vino cuando la policía no reconoció mi ataque como un crimen de odio, pues mi atacante usó la palabra “portadora”, asociándome con el COVID-19”.
Dos semanas después del incidente, Lee descubrió que el precinto etiquetó su caso como acoso en lugar de crimen de odio, el caso llegó al alcalde de la ciudad, Eric Adams, sin embargo, “queda claro que, esta agencia no pudo investigar adecuadamente mi caso y casos como el mío no estaban siendo etiquetados como un delito, lo que significaba que muchos más incidentes similares estaban mal etiquetados ”, concluyó Lee.
Peter Kerre, activista, organizador comunitario, experto en seguridad cibernética y cofundador de Safewalks NYC y Street Riders NYC, encontró que, a pesar de un aumento en los ataques contra las mujeres, éstos no eran de interés público, ni los medios le han dado importancia, por lo que el activista decidió dar un paso adelante, ya que a pesar de los ataques, la presencia policial es nula.
Su trabajo de hacer visible lo que sucede en la ciudad de Nueva York, pronto dio resultados pues tuvieron varios residentes que se ofrecieron como voluntarios para acompañar para aquellos que se sentían inseguros mientras caminan en las estaciones el tren, ya que los ataques se han perpetrado cuando las personas están solas.
Por su parte, en 2022, el Alcalde Eric Adams lanzó una iniciativa llamada “Cámaras y Atención”, y eso incluye inundar el sistema del metro de Nueva York con una presencia policial masiva y la instalación de cámaras, desafortunadamente las mujeres no se sienten seguras porque la policía es muy desdeñosa con ellas, muchas veces terminan las avergüenzan , y ese es un problema que se tiene que abordar.
Por último recalcó que la MTA (Metropolitan Transit Authority), el sistema de transporte público en aquella ciudad, no esta recopilando ningún dato sobre el grupo étnico o el género de los pasajeros, nadie toma en cuenta las comunidades minoritarias ni de cómo nos sentimos inseguros, por lo que se requiere la aprobación de un proyecto de ley local, que exija la recopilación de datos que serían extremadamente útiles y hacerlos públicos para que se pueda responsabilizar y pedirles a las autoridades que actúen sobre esos datos.