Los programas de Diversidad, Equidad e Inclusión (DEI) fueron establecidos para apoyar a las comunidades que históricamente han enfrentado barreras para acceder a oportunidades de trabajo. DEI tiene sus raíces en el movimiento legislativo anti discriminación de la década de 1960.
Las personas beneficiarias de estos programas no eran sólo minorías raciales sino también mujeres blancas, veteranos de guerra, personas con capacidades diferentes, entre otras. Muchos de los beneficios que DEI ha traído permanecen invisibles ante la opinión pública, por ejemplo, los espacios para amamantar en los centros de trabajo.
La administración Trump expidió órdenes ejecutivas para terminar con todos los programas federales relacionados con DEI y ordenó a los contratistas federales para frenar la promoción de la diversidad. Este movimiento impactará significativamente varios sectores, entre ellos a los pequeños negocios dirigidos por personas de las comunidades minoritarias.
En la conferencia semanal de Ethnic Media Services (EMS) los panelistas analizaron estos efectos y el origen real de estas decisiones, consideradas como un “suicidio económico”.
En primer lugar, Dilawar Syed, antiguo administrador adjunto de la Agencia Federal para el Desarrollo de la Pequeña Empresa (SBA), aclaró que “existe un gran deseo por parte de ciertas minorías y personas de color por iniciar o continuar con negocios y nosotros tratamos de hacer todo lo necesario para que esto sea posible, para que accedan a créditos y con estas órdenes todo está desapareciendo”.
“Se van cerrando oficinas –continuó Syed– en Nueva Orleans, en Chicago, en todo el país y esto va a afectar a todo el mundo porque estos son los motores del país, las personas emprendedoras minoritarias”.
Syed insistió en que pese al esfuerzo por ampliar el acceso a créditos en sectores minoritarios, este gobierno está destruyendo lo logrado y esto afectará a cientos de miles de personas trabajadoras”. “Yo no sé cómo esto puede ser una etapa dorada de Estados Unidos”.
Por su parte, la presidenta y CEO de Barú, una agencia dedicada a elevar el marketing multicultural y los medios de comunicación, Elizabeth Barrutia, señaló que “las grandes empresas tuvieron la responsabilidad de contratar personas de sectores minoritarios en un 15% del total de su personal y ahora esto ha bajado radicalmente hasta menos del 5%”.
“Para 2045, las minorías latinas serán el 70% de la población en Estados Unidos y el gobierno está negando esta diversidad existente”, subrayó Barrutia. Ante esta situación de negación de los programas DEI se corre el riesgo de tener una reducción considerable en la representatividad en el mercado, así como una reducción abismal en las audiencias. “Es un suicidio económico”, enfatizó la CEO de Barú.
Se trata de hombres blancos
En el caso de Thomas A. Saenz, presidente y consejero general de MALDEF, Mexican American Legal Defense and Education Fund, éste señala que esto de desmantelar los programas DEI tiene que ver con reforzar posturas de hombres blancos, “se trata de regresar a una época en donde discriminar a favor de hombres blancos se vuelve más normal de lo que es hoy”.
“La orden ejecutiva de Trump politiza los programas DEI y afirma que no dieron buenos resultados por lo que se ha tenido un efecto negativo. Esta conclusión ha sido muy destructiva”, afirma Esther Zeledon, fundadora de BeActChange, una pequeña empresa afectada por la eliminación de los programas mencionados.
“En la historia de Estados Unidos –añade Zeledon– hay cosas que no se hicieron bien, sin embargo, esta nueva situación afirma lo contrario: que no hay nada que mejorar y esto nos estigmatiza. Son hombres blancos los encargados de esta narrativa”.
Para Esther, atacar los programas DEI es atacar la movilidad social, situación que sólo beneficia a la oligarquía, le beneficia para su crecimiento mientras que otros grupos resultan afectados.