Las miradas tras el lente: una conversación con Toumani Cámara | Molino Informativo

Las miradas tras el lente: una conversación con Toumani Cámara

by | Ago 12, 2024 | Molino Impreso

Los fotógrafos inmortalizan momentos y preservan memorias a través de sus cámaras, documentando una amplia variedad de temas y, en ocasiones, arriesgando sus vidas para denunciar injusticias.

Para conocer más sobre el trabajo de los fotógrafos, tuve la oportunidad de conversar con Toumani Cámara Velázquez, fotógrafo originario de la Ciudad de México, de ascendencia senegalesa por parte de su padre, quien migró a nuestro país en 1975 y de madre mexicana. Toumani compartió, en entrevista, detalles sobre su trayectoria y su perspectiva única sobre la fotografía.

Sobre el significado de su nombre, Toumani nos explicó que es común en Senegal y posiblemente signifique león, aunque también podría estar relacionado con el liderazgo y la paz. También lleva el nombre Héctor del lado mexicano, aunque no lo usa habitualmente, mientras que el primero es en honor al hermano de su padre.

¿Qué te inspiró a convertirte en fotógrafo?

Bueno, en mi familia existe una fuerte inclinación hacia las artes. Mi padre es curador de museos, mi tío es escultor, mi tía es pintora, y tengo una prima escritora y otra que es poeta. Aunque mi madre es antropóloga, siempre ha habido una conexión muy cercana con la cultura y las humanidades. Desde pequeño, las cámaras siempre me fascinaron, mi padre siempre tenía cámaras de video y foto, y ese interés creció con el tiempo.

Aproximadamente a los 14 o 15 años, después de aprobar un examen muy importante en la escuela —ya que estudié en un sistema francés donde los exámenes con diploma tienen mucho peso— mi padre me premió con dinero. Con ese dinero, me compré una cámara sencilla, mi primera cámara propia. Comencé a experimentar con ella, especialmente durante viajes familiares, y así fue como mi interés en la fotografía empezó a desarrollarse.

¿Cómo eliges el tema de tus fotografías? ¿Tienes algún tema en particular que prefieras?

Lo que mayormente me conocen es por mis autorretratos. Comencé a hacerlos porque, honestamente, cuando estás solo, eres el sujeto más accesible. Pero además de eso, me apasiona la fotografía documental. Aprendí a valorarla a través de diversos trabajos y me gusta retratar a personas en entornos rurales, especialmente a campesinos. También he tenido la experiencia de documentar la vida de migrantes en las fronteras, lo cual me interesa mucho. Además, trabajo como fotógrafo comercial, aunque esa parte de mi labor no me atrae tanto como la fotografía de sujetos más sencillos.

¿Hay alguna fotografía o serie de fotos que consideres especialmente significativas para ti?

Sí, tengo dos trabajos que me resultan muy importantes. Uno fue para una empresa de gas y el otro para una ONG que trabaja con jornaleros. Estos proyectos me inspiraron porque me permitieron profundizar en las condiciones laborales y los niveles de vida. Con ellos, entendí mejor cómo funcionan los sistemas económicos y las diferencias entre lo rural y lo urbano. Estos trabajos me ayudaron a guiar mis intereses y a definir lo que me gustaría hacer en el futuro.

Empecé en la fotografía por mera afición, luego trabajé para pequeñas revistas, y después me fui a estudiar a Francia. Al regresar, obtuve mi primer trabajo serio y aunque no tenía muy claro lo que me interesaba en ese entonces, esos proyectos fueron clave para cambiar mi enfoque.

Dentro del proceso creativo, ¿cómo decides si una fotografía es adecuada para tu portafolio?

Nunca estoy completamente seguro. A menudo considero una foto adecuada cuando me canso de retocarla. Es difícil estar totalmente satisfecho con el propio trabajo; siempre hay algo que mejorar y, si uno se queda dándole vueltas, las cosas pueden nunca salir a la luz. Admito que tengo muchas fotos en las que he trabajado, pero que nunca he publicado porque no estoy del todo seguro de ellas. Generalmente, una foto entra en mi portafolio por urgencia o simplemente porque decido que está lista tras cansarme de retocarla. La última decisión viene determinada por las circunstancias.

¿Qué influencias han moldeado tu estilo? ¿Hay algún fotógrafo o artista en particular que consideres significativo?

A los 18 años, mi padre me regaló un catálogo de la National Portrait Gallery. Era una colección de portadas  de revistas como ‘Elle’ o ‘Harper’s Bazaar’, que incluía varias fotografías de Annie Leibovitz. Sus imágenes me impactaron profundamente y comencé a investigar más sobre su trabajo. Compré varios de sus libros y me fascinó cómo, alcanzando cierto nivel de fama y recursos, podía crear producciones fotográficas muy cinematográficas. Sus fotos no eran simples registros, sino escenas meticulosamente compuestas y controladas, evocando la pintura renacentista y el claroscuro, un estilo que me encanta por su toque histórico.

Durante mi época universitaria, tomé un curso sobre curaduría de museos y trabajé en un proyecto sobre autorretratos. En ese periodo, descubrí a fotógrafos africanos cuyas obras resonaron conmigo tanto estética como políticamente. Samuel Fosso, por ejemplo, capturó mi atención con sus autorretratos. También encontré a Omar Víctor Diop, quien se multiplica en sus fotos, y a una fotógrafa sudafricana cuyo nombre no recuerdo ahora. Reconocí elementos de mi cultura, como formas de vestirse y las telas africanas que también encontré en el trabajo de estos fotógrafos. Todos ellos abordaban temas políticos, algo que me di cuenta es una constante en mi propio trabajo.

¿Estás trabajando en algún proyecto fotográfico específico aparte del que mencionaste?

Sí, estoy retomando un proyecto sobre protestas que empecé hace un tiempo. Desde hace unos cuatro años, además de la fotografía, también me he dedicado a la carpintería, lo cual ha reducido mi tiempo para la producción artística. Además, trabajo en publicidad, lo que limita aún más mi disponibilidad. Sin embargo, este proyecto sobre protestas y situaciones históricas sigue siendo mi enfoque principal.

¿Podrías describir brevemente ese proyecto?

En este proyecto, me enfoco en situaciones históricas y líderes políticos que me llamen la atención. Investigo sobre movimientos y luego busco imágenes de multitudes en internet para hacer montajes más complejos; entre más gente haya, mejor. Trato de reproducir estas escenas de manera creíble y las acompaño con textos que escribo tras mi investigación. Un ejemplo que me interesa es Patrice Lumumba, el primer presidente del Congo, y su relación con Estados Unidos. Estoy tratando de encontrar fotografías de él con otros líderes africanos en el Hotel Teresa en Harlem. Ese es el tipo de trabajo que estoy desarrollando actualmente.



A lo largo de tu carrera, ¿cuáles han sido los mayores retos y aprendizajes que has enfrentado?

Uno de los retos más complicados ha sido la gestión de las redes sociales. Cuando comencé en fotografía, estas plataformas no eran tan omnipresentes. Con la llegada de Instagram, la difusión de imágenes se facilitó, pero también aumentó la competencia y la sobreproducción de contenido.

Aprendí a gestionar y aceptar que las redes sociales no siempre reflejan lo que quiero hacer con mi trabajo. Me di cuenta de que no debía seguir los ritmos impuestos por estas plataformas, ya que esto disminuía mi creatividad y satisfacción personal. Otro aprendizaje significativo ha sido interactuar con las personas y hacerlas sentir cómodas ante la cámara. Como persona introvertida, esto me costó trabajo al principio, pero con el tiempo he aprendido a transmitir confianza y seguridad”.

¿Tienes algún proyecto o técnica nueva que te gustaría explorar en el futuro?

Me gustaría crear imágenes más grandes. Actualmente, imprimo en formatos que rondan el metro, pero quiero experimentar con formatos mucho más grandes y detallados, similares a los murales. Siempre he admirado ese nivel de detalle y talento. Además, me intriga explorar las posibilidades que ofrece la inteligencia artificial, aunque no he investigado mucho al respecto. Yo me acuerdo cuando cuando era adolescente que me sentía siempre muy a la vanguardia de todas las tecnologías que iban a salir y ahora que tengo 33, aunque no soy viejo y soy todavía joven, pero sí siento que cada vez va la cosa más rápido y no da tiempo de estarse actualizando todo el tiempo pero si es algo que me interesa definitivamente. 

¿Cómo ha influido tu trasfondo personal en tu trabajo fotográfico?

La fotografía me ha ofrecido una plataforma para retratarme a mí mismo de una manera que ningún otro medio podría. A pesar de ser tímido e introvertido, me permite abrirme y mostrar aspectos de mí que normalmente ocultaría. En ciertos momentos, creo que uno tiende a proyectar lo que carece. Además, mi pasado multicultural y la experiencia de vivir en México, un país marcado por el racismo y una historia de esclavitud a menudo ignorada, han influido enormemente en mi enfoque hacia la identidad y la raza. Frecuentemente, ajusto el tono de mi piel en mis fotos para tratar temas de racialización, una perspectiva profundamente arraigada en mi propio trasfondo personal y familiar.

¿De qué logro te sientes más orgulloso en tu carrera?

Uno de mis logros más significativos fue participar en una exposición importante, donde las fotos seleccionadas resonaron profundamente con mi visión artística. Hace 10 años, adquirí mi primera cámara profesional en Nueva York. No imaginaba que una década después, regresaría en un contexto tan significativo para mí. Este triunfo me llena de orgullo y satisfacción.

¿Qué mensaje o sentimiento esperas transmitir con tus fotografías?

El mensaje de mis fotografías ha evolucionado con el tiempo. Hace 10 años, mis obras eran vibrantes y buscaban llamar la atención mediante colores fuertes y acciones impactantes. Hoy en día, mi enfoque es más documental, centrándome en las situaciones y contextos que rodean a las imágenes, y no solo en la estética superficial.

¿Tienes algún mensaje para los migrantes que están queriendo dedicarse a la fotografía?

Mi consejo principal es que la fotografía requiere mucha paciencia y gestión de la frustración. Las cosas no siempre salen bien al primer intento, pero eso no significa que no lo harán eventualmente. He mejorado analizando mis errores y aprendiendo de cada experiencia para ser más eficaz. Al principio, puede ser frustrante, especialmente cuando se asocia el arte sólo con el talento innato. No obstante, creo que es una mezcla de talento y práctica constante. Por lo tanto, para tener éxito en la fotografía, es fundamental gestionar la frustración, y mantener disciplina y paciencia.

**Vitiligo. Fotografía de Toumani Cámara