La vibrante comunidad oaxaqueña de Los Ángeles celebró el pasado 28 de julio –con mucho entusiasmo– la inauguración del Corredor Oaxaqueño, con danzas muy representativas y bandas de música de aquel estado mexicano. Esta celebración se convirtió en un nuevo hito cultural que enriquece la diversidad de la ciudad, sumándose a otras celebraciones en barrios icónicos como Koreatown, Little Armenia y Chinatown entre otros. Este corredor no sólo destaca la riqueza cultural oaxaqueña, sino que también fortalece el mosaico multicultural de Los Ángeles.
La idea de establecer el Corredor Oaxaqueño se gestó en 2010, pero no fue sino hasta 2023 –tras un período de adversidades y comentarios racistas– que se logró su aprobación y su apertura oficial. Este triunfo es fruto del esfuerzo de agrupaciones comunitarias, como Organización Regional de Oaxaca (ORO), presidida por Mauro Hernández, una de las organizaciones más antiguas y activas en la ciudad.
Situado a lo largo del Boulevard Pico, el Corredor Oaxaqueño cubre 2.1 millas desde la avenida Arlington hasta Westmoreland, adyacente a Koreatown. Esta área alberga a migrantes oaxaqueños de diversas regiones, incluidas la zapoteca, la mixteca, la triqui y la chinanteca.
Pasear por estas calles ofrece una auténtica experiencia oaxaqueña; los visitantes pueden deleitarse con tlayudas, pan de yema, chapulines, chiles de agua y el emblemático quesillo, transportándose momentáneamente a Oaxaca.
La ceremonia de inauguración fue conducida por Heather Hutt, concejal del distrito 10 de Los Ángeles, acompañada de líderes oaxaqueños locales. Hutt reconoció el arduo trabajo comunitario que ha convertido este corredor en un hogar para la comunidad. Según estimaciones del Consulado de México en Los Ángeles, alrededor de 400 mil oaxaqueños residen en la ciudad, aunque organizaciones comunitarias sostienen que la cifra podría ser incluso mayor.
Con imágenes de Mireya Olivera de Impulso News Paper.