“Es urgente, es necesario nombrarlos para no olvidarlos, pero también, buscarlos”, decretó Rubén Figueroa, director del proyecto Puentes de Esperanza. “La idea es que las familias puedan acercarse a bordar el nombre de sus seres queridos pero también de encontrarnos, y organizarnos”.
El 24 de septiembre las organizaciones Grupo Accion Laboral, Frente Unido de Imigrantes Ecuatorianos, Movimiento Latino Obrero de la Construcción de Nueva York, Global Exchange y Red de Pueblos Transnacionales se reunieron con la comunidad en el Centro Comunitario Girante para inaugurar el recorrido de la Manta de la Memoria. Esta es el centro del proyecto de Figueroa, un proyecto de justicia, memoria, sanación, y unión para familias que residen en EU y tienen a un ser querido desaparecido en tránsito a este país.
El evento arrancó con Antonio Arizaga, anfitrión y presidente del Frente Unido, y co-organizador del evento, explicando cómo la desigualdad, inseguridad, corrupción y extractivismo en el Sur Global forzan a su gente a recurrir a la migración forzada, que lleva, en múltiples casos, a la desaparición forzada.
Figueroa fue el siguiente en hablar e hizo hincapié en que hay una responsabilidad de los migrantes residiendo en EU, en tener presentes a los desaparecidxs en la frontera, y en seguir buscándoles.
“Todos los triunfos que podamos tener en la lucha pro-migrante en este país –que tiene décadas y décadas– también deben incluir a los desaparecidos y las desaparecidas […]”, recalcó Figueroa.
Figueroa, ha organizado a familias centroamericanas y mexicanas buscando a sus desaparecidxs desde hace mas de 10 años en México. Ahora en Nueva York, trajo consigo dos mantas que ya fueron bordadas por algunas madres en Honduras y Guatemala. El plan es que se haga lo mismo pero en Estados Unidos para así acompañarse unos con otros en la búsqueda. “Sé que todos los días tenemos que ir al trabajo, y sólo nos queda llorar por las noches a nuestros seres queridos”, sentnció. La Manta busca crear vínculos de solidaridad entre familias para que no vivan este dolor solas.
Lourdes Jarana, lleva buscando a su hermano José Wilson desde el 2012. Al tomar el micrófono, Jarana se dirigió al resto de las familias animándolas a que no tengan miedo en seguir buscando a sus parientes desaparecidxs.
“Se perdió en Reynosa [su hermano] […] desde el 2012 no sabemos mas de él”, dijo Jarana. “Pero aquí estamos y les animo a todas las familias que unamos y sigamos poniendo nombres en donde quiera que alguien nos pueda ayudar”.
Rumelia Yuqui es madre de Hugo Teresaca, su hijo que desapareció hace 11 años. Con la voz entrecortada, expresó que han sido los días más difíciles de su vida, y que no hay momento en que se diga a sí misma , ‘no, ya pasó’. Sin embargo, tiene la esperanza de volverlo a ver algún día.
“Por medio de este dolor que se vive, tenemos la misma fuerza de continuar hacia adelante, siempre adelante” manifestó Yuqui.
El co-director de Global Exchange y de la Red de Pueblos Transnacionales, Marco Castillo, aseguró que lo que va a salir de esa manta es nombrar a los desaparecidos para seguir haciéndolos presentes, y romper el silencio.
“Lo que trae es mas esperanza, de que un día regresen nuestros desaparecidos o sepamos donde están”.
Castillo señaló que “la construcción de las fronteras es resultado de la cultura de la guerra del odio y xenofobia importadas de Europa. Antes no se necesitaba pasaporte, no se les mataba ni se le desaparecía a alguien que pasara por una vereda en busca de una vida mejor”, afirmó Castillo.
Vicente Mayorga, activista comunitario de Make the Road, concordó con Castillo, en que la construcción de las fronteras y la cultura del odio fueron importadas. Mayorga cuestionó la manera en que se abren las fronteras para el capital, y la mercancía, y “no para nosotros”.
Así como Figueroa, Mayorga hizo un llamado a los migrantes de Estados Unidos para que se solidaricen con la lucha de familias que tienen a parientes desaparecidos en la frontera. “Los que vivimos aquí y logramos cruzar la frontera no debemos bajar nuestras cabezas”, dijo Mayorga. “En cualquier momento que tengamos oportunidad de hacer una lucha, por más chiquita que sea, será una lucha bien hecha que vale la pena”.
Después de que el panel terminara de hablar, las familias empezaron a bordar la Manta. Unas bordaban nombres de hijas, hijos, hermanos, amigas, y compañeros, en diferentes colores. Las organizaciones asistieron a quien necesitó levantar ficha biográfica y hacer todos los trámites pertinentes para poner en la lista a parientes desaparecidos.
La siguientes paradas de la Manta son Connecticut, Chicago, Carolina del Norte y del Sur, y Washington D.C., por ahora. Pero Figueroa busca recorrer más estados y encontrarse con más familias. En cuanto ya termine el recorrido de la manta, se llevará a la frontera para exhibirla, tocar la puerta de políticos e instituciones que intervengan en la búsqueda de los desaparecidxs. Asimismo, Figueroa planea que en el proceso del recorrido de la Manta se cree el Comité Internacional de Familiares de Migrantes Desaparecidos.
“Nosotros seguimos en la lucha, en exigencia de que vivos se vinieron, vivos los queremos”.