En su conferencia semanal, Ethnic Media Services, invitó a tres de los ganadores de los Premios de liderazgo 2023 de la Fundación James Irvine, para que compartieran sus estrategias para impulsar el cambio, cada año, la Fundación James Irvine honra a los líderes comunitarios que logran avanzar buscando soluciones a problemas críticos que afectan a millones de personas en California y todo el país. Los premios prueban la premisa de que el cambio local puede suceder incluso con los problemas más complejos y a pesar de las políticas de polarización, estancamiento legislativo e incertidumbre económica en la esfera ciudadana.
La lucha por los salarios bajos
La primera oradora fue, Saru Jayaraman quien es la presidenta y cofundadora de One Fair Wage (OFW), por sus siglas en inglés, una organización nacional de 300 mil trabajadores de restaurantes y servicios que incluyen aquellos que reciben propinas y un salario inferior al mínimo, como los trabajadores de salones de belleza, los que empujan las sillas de ruedas en los aeropuertos, repartidores de comida entre otros, en todo el país, OFW también son los creadores y líderes de una asociación de 25 mil propietarios de restaurantes, la mayoría de ellos constituyen pequeñas empresas, muchos de ellos inmigrantes, personas de color, dueños de restaurantes en todo el país que realmente apoyan el aumento de los salarios y de la calidad de los empleos en la industria de los restaurantes.
En su intervención dijo que durante la pandemia creció una revuelta histórica de trabajadores, en la que los empleados de bajos salarios en la economía y particularmente en la industria de restaurantes se negaron por primera vez a trabajar por salarios de pobreza, esta industria es una de las empleadoras del sector privado más grandes y de más rápido crecimiento en California y Estados Unidos, durante décadas y hasta antes de la pandemia, tuvo 14 millones de trabajadores, de igual manera ha sido el empleador que menos paga desde hace varias décadas, hasta la emancipación. La industria de los restaurantes, tenía la capacidad de contratar esclavos recién liberados, no pagarles nada y hacer que vivieran exclusivamente de esta cosa nueva acabada de llegar de Europa en ese momento llamada “propina”.
Aunado a los bajos salarios, también señaló el aumento de acoso sexual a las mujeres, 1,2 millones de trabajadoras han dejado esta industria debido a ello, el 60% de los que quedan afirman que se irán, mientras que el 80 % de la misma cifra dice que se queda o que regresará cuando tengan un salario digno y completo más propinas. Algo se ha ganado, ya que algunos estados como San Francisco han aumentado el salario hasta 35 dólares la hora más propinas, como resultado de esta gran revuelta en la industria y la agitación, se está generando una política en todo el país para aumentar los salarios y superar algunos salarios mínimos.
Medidas electorales y proyectos de ley para aumentar el salario mínimo a 15 dólares la hora, han surgido en por lo menos 15 estados incluso en aquellos llamados “estados rojos” como Arizona, Idaho y Ohio, medidas que oportunamente serán usados en las boletas electorales.
El derecho de las personas exconvictas
Otro de los invitados Dorsey Nunn, Director Ejecutivo, Servicios Legales para Prisioneros de la organización llamada, “con Niños/Todos nosotros o ninguno”, por su parte se centró en el derecho de las personas encarceladas y sus familias. Nunn creó esta organización para personas que como él están o estuvieron encarceladas, actualmente dijo trabaja con 29 personas, cuatro de ellos son abogados. Comentó que cuentan, con un espacio en Palo Alto, California, donde se construye infraestructura, dijo, es una lucha a largo plazo; una de las estrategias más poderosas que tienen es la de cambiar las percepciones de las personas que han sido encarceladas, afirmó que será la manera más efectiva de ganar visibilidad, respeto, dignidad y derechos.
“Adoptamos una filosofía que dice que, después de completar mi sentencia estoy rehabilitado, no podemos seguir siendo discriminados ya que ello me impacta a mí, pero también a mi familia, a la comunidad de la que vengo, y creo que la mayor victoria es cuando la gente siente que somos iguales, es decir que se sienten con ese derecho, y reconocen que no solo tienen algo para cambiar su vida, sino también que ver cómo funciona la sociedad” agregó.
La vivienda es un derecho humano y todos merecen vivir con autonomía y dignidad
Mientras Chris Contreras, otro de los convocados, Director del Programa, “Brilliant Corners”, Rincones Brillantes, cuyo tema fue el de las viviendas asequibles, especialmente en California, uno de los epicentros con más personas desamparadas, aseguró que más de un tercio de la población está sin hogar, enfrentando los aumentos en los alquileres de hasta en un 54%, mientras que el salario apenas si ha aumentado un 16%, esto ha dejado a miles de angelinos sin hogar o en peligro de perderlo, de igual manera afecta proporcionalmente a las minorías, como la comunidad negra en un 8%, en el caso de los latinos, dijo, son hasta el 44% quienes se encuentran desamparados.
Contreras recalcó que, la vivienda es un derecho humano, por lo que operan con el fondo de subsidios de vivienda “Flexible”, que es un modelo de ayuda reconocido a nivel nacional que ha ayudado a miles de personas para subsidiar una vivienda, lanzado en 2014 como un programa público-privado en el que hacen que los subsidios de alquileres que ayuden a las personas más vulnerables en el condado de Los Ángeles.
Finalmente afirmó que para erradicar este problema es necesario trabajar para coordinar los recursos, entre los propietarios, los constructores y los sistemas de justicia penal, así como tres cosas fundamentales: se necesitan subsidios gubernamentales para pagar los alquileres, dos profesionales dedicados a especializarse en desarrollar relaciones con propietarios caseros para unidades nuevas y tres proveedores de servicios de vivienda aparte de servicios de expansiones para lograr una transición y estabilidad a largo plazo.
Por lo que bajo este modelo “Brilliant Corners”, trabaja con desarrolladores y con propietarios para crear unidades que se puedan proveer a personas de bajos recursos, así mismo pagan hasta 2 meses de alquiler a los propietarios para que reserven las unidades y no las alquilen a personas que no necesitan oportunidades de vivienda, lo que reduce el tiempo que le toma a las personas conseguir una vivienda. Actualmente Flex ha creado relaciones con 1100 desarrolladores de vivienda, también han conseguido millones de dólares del gobierno, entidades privadas y filantropía para apoyar estos servicios de vivienda, basado en su éxito han replicado este modelo en ciudades como San Francisco y San Diego.
Contreras cerró su participación afirmando que, las viviendas asequibles, tienen que ser permanentes, para que las personas puedan vivir con autonomía, pero sobre todo con dignidad.