El crujir de los muros y los ciclos en Teopantlán | Molino Informativo

El crujir de los muros y los ciclos en Teopantlán

by | Feb 11, 2023 | Comunidades

Por Denise Romero, Esteban Estévez y Marco Castillo

Como muchos lugares de la mixteca poblana, el municipio de Teopantlán, Puebla lucha por preservar sus tradiciones y a su gente. La influencia cultural de la vida urbana y la marginación económica han provocado una gran migración a los Estados Unidos, dejando las comunidades en manos de adultos mayores, mujeres, niñas y niños.

Y de acuerdo con pobladores de este municipio, muchas de estas infancias están predestinadas a migrar apenas comience su edad productiva, al punto que muchos sólo están a la espera de la llamada del otro lado, sin poner expectativas en permanecer en el pueblo.

Mientras, del otro lado, los migrantes teopaneros, entregados al trabajo sin descanso, recuerdan con nostalgia la vida de sus pueblos y algunos de ellos hubieran preferido quedarse a vivir la vida allá. 

¿Pueden los habitantes de Teopantlán y sus migrantes romper el ciclo permanente de tener que migrar para luego extrañar lo que dejaron?

Un grupo de migrantes teopaneros organizados en Nueva York está intentando romperlo. 

En 2018, un grupo de padres y madres migrantes originarios de ese municipio, se pusieron de acuerdo con sus familias en el pueblo y con organizaciones sociales para enviar a sus hijos estadounidenses a Teopantlán, “para que conocieran las raíces de sus padres y entendieran un poco mejor de dónde venimos”, dice Esteban Estévez, uno de los padres. Y lo lograron.

Y luego de esta primera “inolvidable experiencia”, donde conocieron a sus abuelos y pudieron jugar libres con la tierra y los animales silvestres sin miedo a enfermarse o a la violencia, según cuenta Jazlyne Estevez, una de las participantes, varios miembros del grupo de padres y madres quedaron comprometidos para continuar la experiencia. 

Así, aquellos que quedaron comprometidos trabajaron en comunidad, junto a organizaciones como la Red de Pueblos Trasnacionales para crecer los vínculos. Lograron reunir recursos económicos y convencieron al gobierno del estado de Puebla para que las visitas de niños y niñas se hicieran un programa de gobierno. Y lo lograron de nuevo. 

Gracias a esta lucha, en 2022, el gobierno de Puebla organizó la primera delegación de 11 niños y niñas poblanas para visitar la comunidad de sus familias. 

¿Se rompe el ciclo de la migración de los pueblos de la mixteca con la visita de niños y niñas? Esteban Estevez y Reyes Hernández pensaron que no. 

Durante  la segunda visita, estos niños y niñas, así como sus padres y madres migrantes, conocieron de las necesidades de las escuelas donde estudiaban los teopaneros y recibieron una solicitud de ayuda de la Escuela donde Reyes Hernández y Esteban Estevez estudiaron

Y así es como, después de la segunda delegación de embajadores culturales, el grupo de líderes teopaneros reunieron más de $12,000 pesos para poder hacer un regalo a la Escuela Primaria Benito Juárez

Y con ese recursos y el apoyo familiares y el Comité de Padres de Familia se pusieron a trabajar para rehabilitar los jardines de la escuela: 

Al final de la jornada, el director de la escuela y los profesores les enviaron un agradecimiento:

¿Se detiene el ciclo de la migración forzada con los intercambios culturales y el mejoramiento de escuelas? Seguramente no. Pero este grupo de migrantes mixtecos y sus hijos e hijas, hoy saben que además del envío de remesas cotidianas, la promoción de la cultura como un tesoro sin fronteras y la inversión autogestiva e independiente en la educación, ayudan a acercar a la realidad el sueño de que un día, niños, niñas, padres y madres de Teopantlán tal vez decidan quedarse un poco más. Que los niños y niñas de Estados Unidos quieran pasar un poco de más tiempo en el pueblo que sus padres una vez dejaron, y tal vez, sólo tal vez, las personas migrantes de Teopantlán consigan las condiciones para volver a su añorado terruño. 

Ni don Esteban ni don Reyes, ni los demás padres y madres saben si ese día llegará, pero en Teopantlán empiezan a sonar el crujir de los muros y los ciclos que se empiezan a romper