Los vendedores ambulantes en el metro de Nueva York y los desafíos que enfrentan | Molino Informativo

Los vendedores ambulantes en el metro de Nueva York y los desafíos que enfrentan

by | Dic 8, 2022 | Comunidades

Con la pandemia, miles de trabajadores inmigrantes se quedaron sin empleo, por lo que muchos de ellos se lanzaron a las calles de la ciudad de Nueva York y empezaron a laborar como vendedores ambulantes, o en la informalidad.

Desde agosto de 2020 el Departamento de Protección del Consumidor y del Trabajador (DCWP por sus siglas en inglés) asumió las funciones de inspección a los vendedores ambulantes. Y hace poco más de un año varios defensores de estos trabajadores hicieron un llamado público sobre los abusos policiales a este sector. Pese a que algunos de estos señalamientos han sido atendidos, las multas a los vendedores se siguen dando, ya que muchos no cuentan con una tarjeta de salubridad para la venta de comida, o no siguen los lineamientos de los espacios asignados, pero aun así continúan en las calles, enfrentando esta situación. Los condados donde mayormente se hacen inspecciones y se aplican multas son los Distritos de Queens y Manhattan. 

Los vendedores  de comida que no cuentan con un permiso, pueden ser multados hasta con mil dólares. Sin embargo, ni eso ha frenado que cada vez más personas sigan saliendo para instalarse, en muchos casos, solamente traen consigo un carrito del supermercado que adaptan según lo que vendan.  

Al recorrer las estaciones del metro encontramos a decenas de migrantes latinos que han resistido con estos trabajos. Una de ellas es Juliana Guamán, originaria de Ecuador. quien migró hace 20 años en busca del sueño americano. Los ojos se le llenaron de nostalgia al preguntarle qué es lo que más extraña de su tierra, y sin pensarlo, dijo que trabajar en el campo, donde cultivaba, con sus padres y abuelos, maíz, habas y papas principalmente, para el sustento.

Con la pandemia, miles de trabajadores inmigrantes se quedaron sin empleo, por lo que muchos de ellos se lanzaron a las calles de la ciudad de Nueva York y empezaron a laborar como vendedores ambulantes, o en la informalidad.

Ella es madre soltera con dos hijos, y aunque la vida no ha sido fácil, dice que es feliz, pues este país le brinda una buena educación a sus hijos, la oportunidad que en su país a ella no le brindó, razón por la que tuvo que salir.

Hace un año decidió comenzar a vender churros y algunas otras golosinas para mantener a su familia. Parada al costado de una de las escaleras del andén, con el carrito que adaptó para que su producto no se ensucie, y aunque algunas veces la policía la ha sacado de los andenes, y ha tenido que pagar multas, dice que seguirá ahí, pues es un “poco más seguro, pues no la molestan mucho”: un trabajo que le invierte alrededor de tres horas, y se lleva una ganancia promedio diaria de entre 120 o 130 dólares, y además puede administrar su tiempo porque ella decide la hora de llegar a vender y retirarse  a su casa. 

Podemos encontrar muchas mujeres como Guamán a lo largo de los andenes en las estaciones de tren, algunas vendiendo fruta, o alguna otra golosina. La paisana ecuatoriana finalmente invitó a otras mujeres, que no tengan temor, de salir a vender, pues, dijo, “aquí todo es posible”.