El costo de la vida en Estados Unidos se ha disparado, la mayor cifra de inflación registrada en el país en 39 años. Según el informe de las Oficinas de Estadísticas Laborales de Estados Unidos el aumento de los precios en alimentos, vivienda y gasolina es lo más visible. En mayo pasado la inflación en Estados Unidos superó el 8.6%, mientras que este mes de julio ha alcanzado el 9.1%, convirtiéndose en una de las tasas más altas del mundo, y repercute de manera directa, entre las familias de bajos recursos.
En la conferencia de prensa semanal de Ethnic Media Services (EMS), economistas y especialistas hablaron al respecto. La doctora Rakeen Mabud, economista jefe y directora General de Política e Investigación en Groundwork Collaborative, comenzó centrando sus comentarios en tres puntos importantes: el primero sobre las formas en que las grandes corporaciones están usando la cobertura de la inflación para controlar el precio hacia los consumidores, segundo los temas de concentración y consolidación que han afectado las líneas de suministros, y tercero, destacó algunas cosas que no debemos hacer para dirigirnos a la inflación. Existe una gran gama de factores en los últimos años incluyendo más demanda de productos y servicios.
“Las mega corporaciones están tomando ventaja de esta crisis, justificando la aprobación al incremento en los precios para los consumidores”, afirmó Mabud, además de citar ejemplos de algunas marcas como Constellation Brands, la planta matriz que produce las marcas de cerveza Modelo y Corona. Aseguró que los principales consumidores de esta marca son hispanos, y en tiempos de crisis económica o fragilidad se les golpea más duro y se recuperan más despacio. Otro claro ejemplo es Visa y MasterCard que controlan más del 70% del mercado, las cuales informaron este año que van a aumentar los precios sobre cada transacción.
Existe otro informe reciente que dice que las ganancias corporativas han aumentado los precios y las corporaciones están cobrando más del 72% de sus costos, lo que afecta a diferentes sectores y empresas, particularmente a las pequeñas empresas porque las pequeñas empresas no tienen la capacidad de fijar precios.
Las corporaciones tienen tanto poder para obtener ganancias en momentos de crisis –desde antes de la pandemia–, que tomaron el control de estas líneas de producción para maximizar sus retornos sobre sus ganancias. Es por ello que cuando hay conmociones como una pandemia u otro tipo de crisis económica, experimentamos crisis, las grandes corporaciones pueden usar su poder dominante para aumentar los precios más allá de lo esperado y esconderse detrás de la inflación.
La concentración del mercado no ha sido un fenómeno nuevo, por décadas permitió a empresas que la creación y consolidación de su poder: han eliminado las líneas de producción, por consiguiente les pagan mucho menos a los empleados, rompen la relación entre empleadores y empleados, y los convierten en contratistas independientes, lo que les permite a las corporaciones mantener los costos muy bajos a riesgo de impactar a los competidores, sin seguridad laboral para los empleados. En la primera mitad de 2021, por ejemplo, este hecho generó 59.9 mil millones de dólares de ganancias y muchas de las principales empresas han visto ganancias mucho más altas que otros años, por encima del 1000%. Esto es un problema real y muestra cómo estas empresas pueden tomar ventaja de la situación.
Por su parte Chad Stone, economista en jefe del Centro de Prioridades Presupuestarias y Políticas, explicó que según los medios de comunicación o el pensamiento popular, la recesión se define cuando hay dos trimestres consecutivos en crecimiento negativo del producto interno bruto, sin embargo no es una definición oficial, aseguró.
Así mismo, subrayó que las tasas de desempleo en las distintas comunidades dentro de Estados Unido son desiguales y existe un aumento entre las y los latinos en comparación con la población blanca. A pesar de ello, no se trata de una señal de que comenzará una recesión, desafortunadamente no se cuenta con programas de seguridad social para apoyar a los grupos más vulnerables, en caso de que sí ocurriera, finalizó Stone.
La directora de Política de Seguridad Económica Familiar en el Centro Washington para el Crecimiento Equitativo, Alix Gould-Werth, finalmente, afirmó que las recesiones siempre golpean a los grupos demográficos más desfavorecidos, como sucedió en la recesión de los años 90 y 80, que impactó especialmente a las mujeres.
Durante la pandemia de COVID-19 la recesión afectó nuevamente a las mujeres, grupos étnicos y la comunidad LGBT+, ya que no todos fueron elegibles para los programas sociales. Por otro lado las personas indocumentadas rara vez califican para una ayuda, por lo que estados como Oregón, Nueva York, Nuevo México y California, impulsaron el Fondo de Trabajadores Excluidos (EWF por sus siglas en inglés) que dio un poco de alivio a miles de familias.
El sistema de apoyo económico que existe es muy débil, aunque hay muchos programas de ayuda temporal como la Asistencia Temporal para Familias Necesitadas (TANF), el Programa de Asistencia Nutricional Suplementaria (SNAP), la mayoría de ellos son limitados, es decir, que no todo mundo es elegible. Los beneficios de desempleo solo reemplazan el 40% del salario de un trabajador.