Vincent Chin fue un chino-americano de 27 años, asesinado en las vísperas de su boda a manos de dos hombres blancos en Detroit, el 19 de junio de 1982. Por esta muerte ninguno de los atacantes fue juzgado y fue a partir de entonces que nació el movimiento por los derechos civiles de personas americanas de origen asiático. En este clima de odio racial y violencia que enfrentan los asiático-americanos, la AAPI Hate, con sede en California, ha registrado alrededor de 7 mil incidentes de odio que involucra a este grupo de personas en todo el país, desde el comienzo de la pandemia hasta la fecha.
En la conferencia de prensa semanal de Ethnic Media Services, los oradores hablaron sobre la creciente amenaza de la violencia, el odio y los esfuerzos para construir un movimiento multirracial de solidaridad más fuerte para hacer frente a esta problemática, así como los planes para conmemorar la muerte de Chin en su aniversario número 40.
Michael German, miembro del Brennan Center for Justice’s Liberty & National y Programa de Seguridad, se refirió a la violencia racista y el odio dentro de las comunidades de color, comentó que los datos que recopila el gobierno son muy deficientes a pesar de que hay cinco estatutos federales contra los crímenes de odio.
La política del Departamento de Justicia es aplazar la investigación de los crímenes de odio para mantener la aplicación de la ley local, a pesar de que ni siquiera el 15% de los crímenes de odio están reconocidos, mientras que hay grupos de supremacistas blancos que están cometiendo crímenes contra las gente de color: en Pensilvania contra los judíos y en Texas contra los latinos, por lo que puede entenderse que la supremacía blanca es más amplia y el racismo es mucho más común en la sociedad.
Para la comunidad asiática está situación se remonta a la Ley de Exclusión China y el racismo abierto contra los asiáticos que son percibidos como una amenaza para los Estados Unidos, ejemplo de ello es el asesinato de Vincent Chin, en donde no hubo gente con capuchas, como las del KKK, ni eran parte de una sofisticada organización criminal supremacista blanca, sino que había un entorno generalizado, en las noticias cotidianas se hablaba sobre cómo Japón estaba sobrepasando a Estados Unidos y los trabajos se estaban trasladando al extranjero, específicamente la manufactura de automóviles, y así fue como este sentimiento antiasiático generó que dos personas confundieran a Vincent como japonés y fuera asesinado.
Los datos que recopilan los grupos fuera del gobierno muestran que hay un alto crecimiento de crímenes basados en el odio racial, estamos viendo mucha de esa misma retórica de los actores del gobierno hablando sobre “la amenaza de la pandemia, que fue culpa de China”. En algunos casos, han sido los miembros del Congreso y los senadores quienes señalan –sin la evidencia de que el coronavirus se usó como arma– la responsabilidad de las personas de origen chino, en este caso.
Helen Zia, escritora, activista y ex periodista, miembro fundadora de Detroit-Ciudadanos Americanos por la Justicia, comenzó haciendo un recuento del clima que se vivía al momento del asesinato de Chin. La década de 1980 fue una época de una increíble crisis económica en Estados Unidos, se enfrentaron a una inflación en los precios de la gasolina, llegando a un 20% y hubo un par de crisis de petróleo que comenzaron en la década de 1970 y que llevaron al colapso de la industria automotriz en el país.
Entonces hubo un cambio estructural en el gobierno de Ronald Reagan: desmanteló las redes de seguridad social, los cupones de alimentos para el desempleo, los apoyos para salud mental y otros servicios. Nuestra sociedad está sufriendo este desmantelamiento, y, agregó Zia: “yo misma había sido una trabajadora automotriz en Detroit y me despidieron durante ese tiempo a fines de la década de 1970 y me paré en las filas de desempleo con cientos de miles de otras personas que pensaban que no volverían a encontrar trabajo y entonces quedó muy claro cuánto dolor, sufrimiento y miseria había”.
Volvió a remarcar lo que German mencionó sobre La ley de Exclusión China de 1982: prohibió a los trabajadores chinos emigrar a Estados Unidos que concuerda con el programa de Seguridad Nacional que Donald Trump lanzó durante su gobierno, en el cual se hacía fuerte hincapié en los recursos de contrainteligencia contra el “espionaje chino”.
Así mismo, dijo que los líderes negros como Jesse Jackson, Stacey Abrams y Kareen Abdul-Jabbar han hechos denuncias sobre la violencia a los asiáticos, de la misma forma que los asiáticos se han unido para apoyar a las protestas del movimiento Black Lives Matter, desde el asesinato de George Floyd a manos de la policía. Zia habló sobre la desinformación que existe y que señala a las personas negras como responsables de los crímenes hacia los asiáticos.
También se contó con la presencia de John C. Yang, presidente y director ejecutivo, de Asian Americans Advancing Justice (AAJC), quien lidera los esfuerzos de la organización para luchar por los derechos civiles y empoderar a los estadounidenses de origen asiático para crear un país más justo para todos, a través de la promoción de políticas públicas, la educación y los litigios.
Habló sobre la “teoría del reemplazo”, que argumenta la gente blanca acerca del supuesto reemplazo que los asiáticos quieren efectuar sobre los blancos. Yang comentó también sobre la solidaridad que recibió por parte de líderes latinos y las comunidades de color que luchan por los derechos civiles. En un estudio elaborado en el verano de 2021 por parte de la Universidad de Michigan, se tuvieron cifras importantes acerca de que un 75% de los atacantes de asiático-estadounidenses son blancos, y los videos que circulan de hombres negros atacando mujeres de origen asiático no son falsos pero no pueden considerarse la generalidad.
Por su parte Lisa Cylar Barrett, directora de Políticas del Fondo de Defensa Legal de la NAACP, resaltó la narrativa falsa que han sido utilizada para dividir a la comunidad negra de la asiático-americana, así como los estereotipos sobre la comunidad afrodescendiente en la que se cataloga a todos como delincuentes, lo que causa perjuicios y desunión, “nos separa para no poder alcanzar nuestro objetivo de lograr la igualdad”. La retórica del odio que están sufriendo las comunidades tienen las mismas raíces, la estructura de poder blanca que busca el control ante el crecimiento de nuestras comunidades de color.
Sobre la conmemoración del asesinato de Chin recordó que la comunidad afroamericana fue de las primeras en señalar que ese asesinato fue un error, “por lo que es muy importante que las comunidades se tienen que unificar para entender la necesidad de ser aliados para y poder avanzar y no luchar individualmente en estas políticas. La narrativa peligrosa viene de los políticos, medios corporativos, creando un entorno de desinformación que se ha normalizado” puntualizó Cylar.
Finalmente German dijo que “en mayo del 2021, el FBI presentó un informe reconociendo que no recolecta datos del historial de los supremacistas blancos, por lo que sugirió que las personas contacten a sus representantes locales y pregunten porque están permitiendo que el FBI ignore el requisito de la compilación de datos de la ley.
En las conclusiones de la conferencia Zia señaló la importancia de educar a los niños sobre la historia de los asiáticos, así mismo hizo mención sobre Illinois y Nueva Jersey que aprobaron leyes para crear planes de estudio sobre ello, y otros nueve estados que están ya en proceso discutiendo estas iniciativas.
Para conocer los eventos para honrar la memoria y el legado de Vincent Chin, pueden consultar la página www.vincentchin.org
Organizaciones asiático-estadounidenses y la AAJC encabezarán la Marcha de la Unidad el 25 de junio en Washington D.C. para exigir equidad cultural y justicia racial.